26.12.14

Peter Jackson, ya no tienes poder aquí







Una vez vista la última película de la trilogía sobre El Hobbit perpetrada por el director neozelandés, y dado que ya escribí aquí sobre las dos anteriores,  Un viaje inesperado La desolación de Smaug , me siento obligado a cerrar el círculo y hablar también sobre ésta, e intentaré ser más conciso. Que me perdonen los que me puedan acusar de quedarme a gusto con estas entradas críticas, pero escribir me relaja. 

El Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos, supone un, a ratos, espectacular, que no asombroso ni emocionante, monumento al ego de Peter Jackson; en general eso es la trilogía en sí.  Cuando hace unos seis años se hizo público que él iba a realizar la adaptación de El Hobbit, el alborozo invadió tanto a los tolkienianos de toda la vida como a los devotos de la trilogía de películas sobre El señor de los anillos (de ahora en adelante, ESDLA) dirigidas por Jackson, pues menos de una década después, parte de los inmortales personajes de Tolkien iban a aparecer de nuevo en pantalla, junto a otros que antes sólo conocían las páginas, como los de El Hobbit, relato predecesor a ESDLA, y a la vez, caracterizado por un tono menos solemne y señorial y más infantil a éste.

Que Peter Jackson y la mayoría de su equipo que maravillaron a los espectadores en las Navidades de  2001, 2002 y 2003 (qué recuerdos de esos estrenos) acometiesen ahora El Hobbit parecía ser suficiente garantía para un nuevo acontecimiento de categoría. Pero las expectativas se fueron rebajando, primero cuando se publicó que se harían, no una ni dos, sino tres películas (teniendo en cuenta que el libro apenas supera las 300 páginas), y segundo,  cuando fuimos viendo el resultado en pantalla. Como ya conté aquí, la primera la recibí con sentimientos encontrados, pero pese al incremento exagerado de efectos por ordenador y al estiramiento de la historia, en general es una buena y estimable película que mantiene más o menos el espíritu del libro, y se agradecen la recreación del pasado de los enanos o los escenarios naturales neozelandeses.  La segunda es mucho más desvirtuada,  caótica e inventada  y el exceso élfico se torna en intolerable. Y ahora la tercera...

(Por si alguien no la ha visto y quiere verla aún, y no desea que le destripen la película, deje de leer a partir de ahora)

La tercera ya es sospechosa en el título. Lógicamente Jackson, o su equipo, eligieron La batalla de los cinco ejércitos por su rotundidad, y porque la guerra vende , pero lo cierto es que en el libro apenas ocupa 7  páginas, por más que Tolkien escribiera que "fue una batalla terrible",  sangrienta y etc. Ciertamente no consistió en una escaramuza, pero entre eso y la madre de todas las batallas que aparece más de una hora en la película, en plan Kursk o Waterloo,  con el maldito orco blanco como Napoleón desde una torre dirigiendo al ejército, media un trecho. Aunque por fin se les ha hecho justicia a los enanos, después de la caricatura de Gimli en ESDLA, lo cierto es que la cantidad de extras humanos de la primera trilogía salen ganando, por veraces y naturales, frente a la enorme profusión de CGI de El Hobbit, por lo que ésta última se asemeja más a un videojuego donde el drama se acaba convirtiendo en pedir un mando para aporrear botones y pasar de pantalla. 

Las batallas, confusas e informatizadas, me han recordado a veces a las de 300, pues los enanos parecen hoplitas. Legolas, al menos, no tiene el excesivo protagonismo esperado (de todos es conocida la devoción de Jackson por él), pero aún así, interviene decisivamente en diversas escenas (recordemos que el elfo no aparece en ninguna página de El Hobbit) donde vuelve a protagonizar filigranas imposibles y momentos de francotirador de la II Guerra Mundial.

El guión, pese a que repiten los mismos que los de ESDLA  más la colaboración de Guillermo del Toro, es liviano y sorprendemente mediocre, sin prácticamente ningún enunciado de la trascendencia,  profundidad  y emoción de la otra trilogía. Se escuchan  enanos que hablan con menos propiedad que los orcos. Todo un Gandalf llega a decir, dudoso  y con la boca pastosa "A lo mejor salimos de ésta", y hay por ahí frases como  "se te ve el refajo", "Legolas, tu madre te quería", "si esto es amor, no lo quiero",  la simpsoniana  "Es que nadie va a pensar en los niños", la tan de moda "Se acerca el invierno" (!) o la machacona  "No tienes poder aquí", a la que se va a recurrir hasta el fin de los tiempos, supongo.

Los personajes no tienen mucha alma, empezando por ese inventadísimo romance entre el enano Kili y la elfa Tauriel que le apagaría la pipa al bueno de Tolkien; a los guionistas les ha salido el tiro por la culata, si querían revivir la historia de Aragorn y Arwen de ESDLA. Realmente todo está a la sombra de la "trilogía mayor" también en los personajes, tanto al recurrir a algunos que apenas son aludidos o no salen en el libro de El Hobbit (aunque sí en otros relatos de Tolkien) como Saruman, Galadriel o Legolas, o Radagast el Pardo (a quien se vuelve a ridiculizar),   como en otros a los que se quiere convertir en algo más importante, es el caso de Bardo en una especie de Aragorn light (y además con su  familia en medio de toda la vaina), quien encima desaparece de escena sin más explicaciones.  Beorn, importante en el libro, apenas sale 10 segundos. Bilbo, aunque está algo perdido entre tanto CGI, cobra su importancia, pero Gandalf aparece poco y no pinta nada; Al menos Thorin resulta correcto e intenso  y en general el resto de los enanos, aunque monten en cabras.  Para quemar en los infiernos  la vodevilesca figura del gobernador de Esgaroth y sobre todo la de su consejero, de cuyo nombre no quiero acordarme,  para mí el peor personaje de las seis películas (y qué casualidad, inventado por los guionistas).

La duración es algo menos de la esperada, 144 minutos  ( las dos primeras superaron los 160  cada una), aunque debe considerarse que un chicle tiene un límite, y hasta para Peter Jackson es difícil estirar donde ya no hay más. Aún así se me ha hecho más larga que otras películas de superior metraje, y hay ciertas partes en las que el naufragio argumental se nota. Es lo que tiene filmar en total 475 minutos (las tres películas juntas)  adaptando un libro de apenas 307 páginas...no puede salir nada bueno. 

 En cuanto a otros aspectos que parecen secundarios pero no lo son, como la banda sonora y la fotografía, también se ha ido bajando el nivel. Howard Shore no ha creado otras eternas partituras como en la trilogía anterior y es más, en ocasiones se recurre a melodías y motivos  de ESDLA. La imagen es extraña, artificial, pues se nota la informática, en ciertas ocasiones es espectacular, aunque no asombre, y en otras se percibe la chapuza.  Otro de los puntos fuertes de ESDLA era la utilización de los maravillosos paisajes de Nueva Zelanda casi como un personaje más, algo que aquí brilla por su notable ausencia, sólo alguna esporádica imagen. 

Incluso haciendo el  enorme esfuerzo de no parecer purista e intentar aceptar la trilogía de El Hobbit como una versión libre de una fuente literaria, centrándome sólo en las virtudes cinematográficas (existen pocos casos de películas superiores a los libros en que se basan, pero ahí están, por ejemplo, El Padrino, Barry Lyndon o Blade Runner), incluso haciendo ese esfuerzo, digo, no le veo ni pies ni cabeza al caos narrativo, al pobre guión  y al desmesurado uso de los efectos digitales, y la sigo contemplando con desinterés y muchas  reservas. 

Y no quiero explayarme más. No lo merece. Me ha terminado de decepcionar, aunque para ésta tercera ya no esperaba que subiese el nivel.  Vistas las tres, en perspectiva me quedo con Un viaje inesperado, y desde luego hubiera sido mucho más correcto un par de películas de unas dos horas cada una, o incluso sólo una,  de 160-170 minutos.  Si tuviera que definir esta trilogía de El Hobbit,  diría, en comparación con la de El señor de los anillos, que Jackson hizo esta última hace ya 15  años cuando era un director poco conocido, prácticamente un freak habitual del cine gore, y la realizó, aunque fue una cara superproducción,  desde el respeto y la devoción hacia la obra del escritor británico, con un equilibrio admirable entre el CGI y los actores y decorados reales, y recreándose  en los paisajes naturales, y, pese a algunas licencias y tendencias grandilocuentes, conservó el espíritu y la raíz literaria; ahora, saturando y dilapidando su prestigio,  ha hecho nada menos que tres películas-videojuego sobre El Hobbit por ego, por dinero y por lo que le ha salido de sus oscarizados cojones, defecando en la memoria de John Ronald Reuel Tolkien.  



Lo mejor:


- Los primeros minutos: la destrucción de Esgaroth por Smaug. Espectacular, aunque breve. Sin duda encajaba mejor al final de la segunda. 

- Ciertos momentos de gloria y poderío de los enanos, si descartamos la imagen del pobre  Thorin como un caballero del zodíaco, y a Dáin a lomos de un cerdo vietnamita gigante. 

- Las interpretaciones de algunos actores, como Martin Freeman (Bilbo) y Richard Armitage (Thorin). Realmente es encomiable el trabajo de muchos actores en esta trilogía, pues las más de las veces han actuado frente al vacío, ya que la mayor parte era añadido digital. 

- Los minutos finales, con ese Bilbo ya  maduro, y ese toque emocional que lo relaciona de manera sencilla y natural con El señor de los anillos, para mí el mejor momento de toda esta trilogía.


Lo peor:


- El estrambótico relleno del argumento y la invención  o tergiversación de personajes. El consejero del gobernador, tal vez lo peor de las seis películas junto con el romance de la elfa y el enano. Ciertos detalles feministas y multirraciales, realmente innecesarios. Beorn, intrascendente.
  
-  El tono ligero y medio infantil del libro y presente en Un viaje inesperado se pierde definitivamente aquí al igual que en la segunda. No es negativo que se le dé un enfoque más adulto, pero tampoco es cuestión de convertir el relato de El Hobbit en otro enfrentamiento apocalíptico entre el Bien y el Mal. 


- El desastroso guión, repleto de perlas ya citadas, y con burdos  intentos  por unir a la película con La comunidad del anillo, cuando le dicen a Legolas que se vaya al norte a buscar "a uno que llaman Trancos".

- El caos narrativo, acentuado por el maremágnum de una batalla que además no vemos ni cómo acaba. ¿Qué pasa con Bardo?

- El abuso del CGI. Demonios, Legolas está tan retocado que no parece ya ni elfo, y  a  Gandalf  (aunque lógicamente se nota que Ian McKellen tiene 15 años más que en El señor de los anillos) se le ven las arrugas de la cara como pixeladas. La legión de orcos y trasgos digitales, que asemejan a la película a un vídeo del World of Warcraft. Escenas como la de Dol Guldur son las más videoconsoleras que he visto en mucho tiempo. 

- La  exacerbada magnitud de la batalla en sí, imitando el abismo de Helm de Las dos torres y  el asedio a Minas Tirith de El retorno de el rey.  

- La muerte de Thorin, a manos (o a cuchilla) del maldito orco blanco,  muy alterada respecto a la del libro.  

- Todo suena ya a visto. En ningún momento se tiene, al contrario que en El señor de los anillos, la sensación de que se esté asistiendo a un hito cinematográfico. 

2 comentarios:

  1. ¡Guau, no te has dejado ni una coma! Pedazo análisis el que aquí nos dejas, chico, y diciendo verdades como puños. Desde mi más humilde opinión, tengo que admitir que la película me gustó (aun con sus evidentes fallos y carencias, con las que coincido contigo) y me mantuvo entretenida, quizá porque tampoco iba con el listón demasiado subido. Para mí, es mucho mejor que la segunda, pero notablemente inferior a la primera. Y, desde luego, no le llega a ESDLA ni a la suela de los zapatos; ésa es una obra maestra, que son palabras mayores.

    Me ha hecho mucha gracia tu análisis de lo mejor y lo peor (sobre todo de lo peor), y coincido contigo en muchas cosas. Lo de Dáin montado en un cerdo y luego los otros enanos montados en cabras me hizo tener espasmos en el cine. Lo mismo me ocurrió con la famosa "Se acerca el invierno", que me hizo soltar un WTF que se oyó en todo el cine (en serio).

    El romance Crepúsculo en la Tierra Media es de vergüenza ajena. Yo creo que no le ha gustado a nadie más que a Peter Jackson que, sintiendo tanta pasión por Legolas, no sé por qué lo ha dejado más solo que la una. Y al dejar a Tauriel viva, Jackson deja su historia demasiado abierta. ¿No habría sido mejor que hubiera muerto junto a su amorcito, como debería ser? Lo mismo ocurre con Bardo y su familia: se acaba la guerra y no volvemos a saber nada más de ellos. Y otros tantos personajes que aparecen para decir sus frases (y a veces ni eso) y largarse por donde han venido. Eso no ocurría en ESDLA...

    Y luego quedan los detalles más tolkiendilis, por decirlo de alguna forma: ésos que el público en general no tiene por qué saber, pero que un fan sí que sabe. Me estoy refiriendo a la mención de Trancos. Si echamos un vistazo a la cronología de la Batalla de los Cinco Ejércitos, veremos que ocurrió más o menos cuando Aragorn tenía unos 10 años, y por esa época vivía en Rivendel con su madre, cosa que sólo sabía Elrond. Así que, ni Aragorn era adulto, ni era montaraz, ni le llamaban Trancos, ni Thránduil sabía de su existencia. Cuádruple combo hit, en lenguaje consolero.

    En fin, ¿para qué seguir? Yo no me esperaba otra cosa (si acaso, pensaba que sería peor), y por eso voy a quedarme con lo bueno, como el descenso a los infiernos de la locura de Thorin y los grandes momentos con Bilbo.

    Eso sí, buen análisis. No has dejado títere con cabeza, XDDD!! Un beso!!

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    1. Muchas gracias!!! La verdad es que me relajo cuando reparto estopa, qué suerte esto de no ser nadie :D. Suscribo todo lo que has dicho con gracia, aunque mi opinión sobre la peli sea algo inferior (le puse un 5 en Filmaffinity jaja), pero sí es verdad que se pasa mejor el rato que en "La desolación de Smaug". Y anoche volví a ver "Un viaje inesperado" y no hay color con las otras dos, sólo se me hace larga y se pasa de videoconsolero en lo de las cuevas del Rey Trasgo.
      Demos gracias a que Aragorn no sale en la batalla de los cinco ejércitos echando una mano!!

      Muchas gracias Laura!! Un besoo!!

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