30.9.12

...E Isabel llegó

Sí, al fin, y después de innumerables retrasos y trabas motivadas por la situación económica, llegó por fin a las pantallas Isabel, una de las mayores apuestas de Televisión Española por la ficción de calidad y verdaderamente el primer intento de acercar la historia de los Reyes Católicos al público en general desde las denostadas (las más de las veces con razón) películas de los años 40 y 50, en plena posguerra. 

De hecho ya hablé de esta serie cuando supuestamente estaba a punto de ser estrenada, y no miento si reafirmo que es una de las producciones españolas más aguardadas por mí. Primero por mi pasión declarada a la época de los Reyes Católicos y segundo porque, al realizar la serie TVE, ésto suele suponer sinónimo de calidad y cierto nivel (salvo contadas excepciones). 

Y realmente no me ha decepcionado. No es perfecta, pero qué demonios, quién soy yo para juzgar,  censurar y criticar despiadadamente. Seamos indulgentes. La serie es muy disfrutable, tanto por vestuario, música o por escenarios, tanto interiores como exteriores, especialmente éstos, al aprovechar la grandeza del paisaje castellano, prácticamente inalterable en ciertas partes desde hace siglos. Y desde luego el guión, con un lenguaje y unas expresiones que no chirrían demasiado,  en el sentido de no poner en boca de personajes de 1465 expresiones del siglo XXI, ha estado a la altura. Es muy de agradecer el cuidado puesto en todo.

Hablando de personajes, la citada época de los Reyes Católicos (la serie se centra en la figura de la reina Isabel, y comienza en su infancia y juventud. Ignoro hasta dónde quieren llegar, aunque por desgracia quedó suspendido el rodaje de la segunda temporada por las dificultades económicas) , la época de los Reyes Católicos, como digo,  es abundante en personalidades no sólo importantes para la historia de España, también muy interesantes, como Juan Pacheco, el tremendo marqués de Villena, o Beltrán de la Cueva, la polémica mano derecha del rey, o el poderoso arzobispo de Toledo , Alfonso Carrillo, o un Diego Hurtado de Mendoza, marqués de Santillana y todo un mecenas de las artes, incluso la reina Juana de Portugal o el propio rey Enrique IV de Castilla, quien pasó a la posteridad con el denigrante apodo de "El Impotente". 

Pero por muy notorios personajes históricos que fueran, toda buena serie o película necesita un buen elenco actoral. Y aquí queda claro una vez más que no estamos ante una serie de Antena 3 o Telecinco (otras como La Sexta no hacen series, pero si hicieran, no estarían interesados en realizar una de este pasado tan despreciable, casposo, reaccionario y fascista) . Aunque cuando me enteré de que Isabel iba a ser interpretada por Michelle Jenner (Los hombres de Paco) , verdaderamente temí que el papel de su marido y primo Fernando fuera para el novio de Jenner en dicha serie, el infame Hugo Silva (con experiencia en series históricas, pues "interpretó" a Antonio Pérez en la irregular Éboli) .  De hecho el rumor fue bastante fuerte. Por suerte recayó en el más solvente Rodolfo Sancho, quien por cierto tiene 11 años más que la protagonista de Isabel, cuando en la realidad la Católica era un año mayor que Fernando de Aragón.  De momento y pese a mis reservas iniciales,  Jenner está bastante correcta; lo de menos es su semejanza física o no . Ya veremos cómo evolucionan pero, visto lo visto, la serie no es del estilo de las exitosas españoladas actuales en el sentido de interpretaciones pobres y del montón. Destacan otros actores realizando un intensísimo papel, especialmente un gran Ginés García Millán (el marqués de Villena) , al parecer el malo de la historia. 

Otras interpretaciones son más justitas, como "Guille"  de Los Serrano (a mí siempre va a parecer "Guille")  quien interpreta a Alfonso el Inocente, hermano de Isabel,  realmente un niño manipulado por las facciones de nobles contrarios a las relajadas costumbres y a la peculiar personalidad de Enrique IV, a quien llega a usurparle el trono (mediante la "farsa de Ávila", uno de los grandes momentos del capítulo del otro día).
Otras, siendo buenas, vienen condicionadas por las licencias de los guionistas (alguna se han de tomar, si es en beneficio del interés y de la calidad, y aunque también introduzcan tramas de intrigas, asesinatos o corruptelas), como la de Sergio Peris Mencheta (sí, el de Al salir de clase) en el papel de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. El gran hombre de armas entró como paje del infante Alfonso, pero ¡cuando era un niño, pues tenía la misma edad que él! (ambos nacieron en 1453). Sin duda se le ha querido asignar a Fernández de Córdoba un papel como de guardaespaldas, como de firme mano derecha  que ya es un mozo hecho y derecho cuando llega a la corte castellana, pero...si no me falla la Wikipedia, Peris Mencheta tiene ya 37 tacos. El futuro Gran Capitán realmente entró al servicio de Alfonso con sólo 11 años. ¡Ejem!

Pero seamos indulgentes. Sin ir más lejos, en la aclamada, muy recomendable y  casi sobresaliente Los Tudor se tomaban bastantes licencias en cuanto edades y físico. Enrique VIII -interpretado por Jonathan Rhys Meyers- cuando se casó con Ana Bolena, por ejemplo, contaba ya con 42 años.  Incluso algunas actrices que actuaban como sus sucesivas mujeres, eran mayores que el protagonista. Y fue el mismo actor (quien cuando se rodó la serie tenía 30 años) para todas las edades y épocas del rey, tanto en el comienzo de la serie (un Enrique de 18 años) como para el final, con la muerte del monarca (Enrique VIII falleció con 55). 


Y de eso se trataba, para mí. Que Isabel  se pareciese más, y en cierto modo imitara, a Los Tudor que a Eboli, Hispania o Águila Roja (sí, ésta no es histórica, pero vaya atracos y abusos a la historia se cometen aquí). Reconociendo las lógicas diferencias -por presupuesto- entre la producción británica y la española, se agradece que, muy de vez en cuando, los españoles se tomen algo en serio su rica historia y su interesantísimo pasado y, sin caer en maniqueísmos, cuestiones de Leyenda Negra y relajaciones para contentar a ciertos colectivos, realicen un trabajo más que digno para producir una obra recomendable. 

No sé si será su objetivo el de acercar al público general (y a los jóvenes en particular)  la vieja y apasionante historia de España, algo de lo que mucha gente no sabe apenas nada o desconoce gran cantidad de aspectos, aunque parezca mentira, pero puede ser un efecto secundario más que positivo. De momento la serie está consiguiendo muy buenos datos de audiencia y, aunque ha de competir con algunos productos estrella de otras cadenas, me alegro mucho de que así sea. Hace pocos días, escuché en una librería a una mujer preguntar por "algún libro de Isabel la Católica" . No sé si eso me agrada o no, porque es muy típico de España obsesionarnos con algo que ha tenido audiencia en la tele, pero, viéndolo por el lado positivo, si la serie va a servir para que la gente lea, se interese y aprenda aspectos del crucial período de los Reyes Católicos y de  historia de nuestro país, bienvenido sea. 

Y bienvenida sea Isabel.