5.5.12

Ya ha pasado un año, abuela

Y sigues tan vívida en mi recuerdo como tu chispeante risa.

Y parece que fue ayer cuando me estabas contando alguna historia.

O cuando te hacía los mandaos.

O cuando estabas, atareada y enfangada en la cocina, afanándote por hacer uno de tus insuperables platos. 


O cuando bajábamos a la playa.

O cuando...

Te quería dedicar una buena entrada, bonita e inmejorable, abuela, pero nada me sale. Sigue todo muy reciente y se me bloquea el corazón al escribir.

Aquí seguimos todos, recordándote, unos a su modo, otros al suyo. Pero sigues con nosotros, no te quepa duda. Estés donde estés, en tu merecido descanso eterno tras una vida larga y sufrida, sin muchas concesiones.

En mi caso, aquí sigo, recordándote tal y como eras. Algo desanimado porque sigo sin un futuro laboral claro, a corto y medio plazo. Y a la vez, alegre y triste porque al fin tuve la inmensa suerte de encontrar una pareja estable, y además de nuestra tierra, y de tu mismo barrio incluso, que ya es casualidad,   pero...no la has conocido. Mi alegría sería aún más superlativa. Sé que ella te hubiera gustado, abuela.

Puesto que ya no te podemos ver como no sea contemplando tu lápida blanca junto al abuelo, nos quedaremos, si no es  con las fotografías en color y en blanco y negro, con todos aquellos imborrables recuerdos  junto a todos nosotros. 

Y nada más. Todos nos sentimos un poco huérfanos sin tí. Especialmente mamá, claro está. Pero nos faltas a todos. Eras la parte esencial que mantenía a unida a la "gran familia", por así decirlo.

Hoy hace justo un año que nos dejaste, abuela. Allá donde estés, estoy seguro que nos observas a todos y  te preocupas, te desvelas, nos cuidas. Estoy seguro.

Por cierto, tu sillón del comedor, donde estabas siempre,  sigue intacto. Nadie se quiere sentar en él. 

Te echamos mucho de menos, abuela.


Siempre con nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario