18.10.11

Miscelánea (III)

- Tras haber encontrado mi faro y haber recibido el mayor regalo de mi vida, estoy enormemente feliz, desde luego. Todo lo que diga es poco e insignificante. Y además me vuelvo a sentir completamente naturalizado en mi tierra. Si estuviera dando palos al agua, mi felicidad sería infinita e inigualable.



- Ya lo dije en otro lugar, pero este asunto me exaspera un tanto; a quien esto escribe le gusta ver los debates de política o actualidad de las cadenas de televisión, aunque cada vez menos, porque uno acaba sintiendo hastío ante los malos modos de los parlantes y ante lo escuchado, pese a que esté bastante de acuerdo con los discursos de algunos tertulianos. Tertulianos, antigua palabra, actualmente es un "oficio" el cual en los últimos tiempos ha proliferado como hongos por radios y televisiones, especialmente por obra y gracia de la TDT. Un tertuliano activo puede tirarse un día entero en la onda o ante las cámaras, comenzando a las 7 u 8 de la mañana y finalizando la jornada a las 12 de la noche o 2 de la madrugada, pululando por radios y televisiones, públicas o privadas y pontificando y dando lecciones de prácticamente todo. Un tertuliano está plenamente capacitado para hablar de política nacional e internacional, economía, ecología, crímenes escabrosos o noticias del corazón incluso, entre otros temas. Es muy posible que veas una y otra vez la misma cara de hombre o mujer a lo largo del día y no sea un deja vu. ¿Qué iba a decir yo? Ah, sí. Hoy día la mayoría de tertulianos ya no vienen equipados con un taquito de folios, un boli o una libretita de notas, o uno o dos periódicos del día. Quizá queda alguno de esos tertulianos de la vieja escuela, pero son rara avis. Un tertuliano se desprende de su móvil y deja sobre la mesa su I-pad o miniportátil, acorde con nuestros actuales y tecnológicos tiempos. Y así empiezan a manosear móviles táctiles y tabletas, todo ello mientras tuitean y cosas por el estilo, hablan sobre la crisis, el paro, la recesión, las medidas de ahorro, el despilfarro...con dos cojones, oiga. Otros, presentadores también, se atreven incluso, como el otro día en el fallecimiento de Steve Jobs -por cierto, D.E.P., un gran hombre. Cierta es esa frase de las tres manzanas que han cambiado el mundo: la de Adán y Eva, la de Newton y la de Apple-, se atreven incluso, como digo, a "declararse adictos" al I-phone y su dependencia absoluta de dicho aparato. Informándose un poco, descubrimos el precio de las tabletas o del móvil de Apple, los cuales rondan o superan los 400 euros. Y la "adicción" al I-phone cuesta entre 30 y 80 euros al mes como mínimo, eso sin contar con todas las apps y tonterías descargables. Con todo lo que está cayendo desde hace un tiempo, ver a un susodicho tertuliano restregando sus gadgets, desde luego dan ganas de mandarlo a freír espárragos, por no decir otra cosa. Y buena parte de estos parlantes televisivos son declarados progresistas y hombres de izquierdas, supuestamente. ¿Por qué lo digo? Bueno, Apple fue creada por norteamericanos y tiene la sede en Palo Alto, Silicon Valley, cerca de San Francisco. Como tantas otras cosas, útiles, aparatos o productos que consumimos, viene de EEUU. Que haya partes o ciertos instrumentos que se construyan en Asia es indiferente; son productos de Estados Unidos, los odiados Estados Unidos de América, el Imperio, el capitalismo. Estos pijoprogres y comunistas de salón no tienen reparo alguno en vivir como norteamericanos y comprarse la última chuminada en Nueva York o Los Ángeles, para luego dar lecciones de anticapitalismo, antiamericanismo (aunque ahora, con Obama y los nuevos tiempos, resulta que sólo eran anti-Bush o anti-neocon. Ahora ya no hay guerras o escudos anti-misiles. Acabáramos) y declararse europeos o "mediterráneos". Prácticamente todos los adelantos y aparatitos disfrutables hoy día han sido creados o facilitados por obra y gracia del capitalismo. Ninguna gran mente revolucionaria amiga del Che Guevara, Castro, Mao Zedong o la aclamada socialdemocracia nórdica puede reclamar nada. Estos tertulianos (y no tertulianos) me traen a la mente algo. Recuerda un poco la famosa escena de "La vida de Brian" cuando los terroristas judíos se reúnen para despotricar contra el Imperio Romano y descubren que los romanos han creado infinidad de avances y comodidades, facilitándoles la vida incluso. Esos tertulianos (y políticos, desde luego. Y también gente de la calle) me evocan eso. Odian y critican a los imperialistas-capitalistas, pero luego viven como ellos. Habrá gente que esto les parezca una tontería, pero a mí no, porque revela una gran incoherencia y los hace un tanto impresentables. Un buen pijoprogre antiamericano bebe coca-cola o Jack Daniels, come hamburguesas y/o donuts y dulces de indescriptible composición (similares a los de Homer Simpson) sale en Halloween (una horterada, por cierto), se conecta al facebook y mil asuntos más de internet, no puede pasar sin sus famosas y aclamadísimas series de TV y por supuesto es adicto a Apple. Yo desde luego no despotrico contra los EEUU, es más, los admiro y me alegro de que sean ellos los que nos dominen en vez de los rusos -bueno, su tiempo ya pasó, pero siguen dando mal rollo- , los chinos o los árabes (y quien diga lo contrario miente) así que si dispongo de algún aparatito de esos o practico algún modo de American way of life, no me estoy contradiciendo a mí mismo.



- Vaya patochada la "Conferencia de Paz" en San Sebastián (Donosti, Pachi) entre destacados políticos vascos (a excepción de PP, UPyD y el lehendakari. Gente del PSE sí fue) y ciertos mediadores internacionales, de la calidad del corrupto ex-secretario de la ONU Kofi Annan o del mentiroso Gerry Adams, veterano del IRA, entre otros. Alta calidad la de dichos mediadores, buena parte de los cuales no tiene ni zorra idea de la cuestión. Todos, además, excepto Adams, han cobrado por sus "servicios". Después de ponerse tibios a pintxos y txakolí y poner la cartera, emiten el comunicadito. Más alfalfa. No es la primera vez, pero se ha internacionalizado el conflicto, por fin, lo cual ETA siempre ha perseguido. Cuando el fin parece estar muy cerca gracias a los métodos policiales (vaya héroes de verdad los policías y guardias civiles infiltrados) y a la unión de casi todos los políticos, no dejan de sorprender estas cesiones, y auspiciada esta Conferencia por los nada tranquilizadores hombres de Bildu, unos impresentables indeseables , para mí. Pretenden finalizar el "conflicto" sin que haya vencedores y vencidos y pasando de las víctimas, como siempre. Claro que la izquierda abertzale (bonito nombre de muy amplio y vago significado muy usada en nuestro habitual vocabulario políticamente correcto. Parece que cuando la dices estás piropeando al filoetarra, como despojándole de la violencia y la intransigencia habituales en ellos) siempre tiene quien le haga la cama, como ciertos periodistas, presentadores de noticias y presentadores de programas. Así, el señor de las gafas de un conocido programa de "humor" de la cadena del símbolo verde fosforito, cadena amiga de todo este mundillo libertario, preguntándole a una dama de Bildu sobre su negativa a "condenar la violencia", con cachondeo.

Añadido tras el comunicado del 20 de octubre: Cautela. ETA desea un final honroso y pretende acabar con 52 años de terror, 858 víctimas mortales y un número mayor aún de afectados, con una salida llena de eufemismos y orgullosa hasta el final, sin pedir perdón por nada, y sin disolverse, sin entregar las armas ni entregarse ellos mismos. Si los asesinos cobardes dejan las armas definitivamente será una noticia increíble, pero no será el final. Aunque ETA esté acabada, si Bildu y otros partidos de la misma rama mantienen su poder en el País Vasco y, cosa bastante probable, entran en el Congreso de los Diputados, los terroristas habrán ganado.



- Ya me he terminado por fín La conquista de México de Hugh Thomas, uno de mis historiadores favoritos, hispanista inglés (en general suelo preferir a los hispanistas ingleses: Geoffrey Parker, John Lynch, John Elliot, etc. Suelen ser más neutrales que los envidiosos franceses y son más hispanistas que algunos historiadores españoles, ahí es nada) quien en los últimos años se ha especializado en los años dorados del Imperio Español y sus proezas en América. Para nuestro sonrojo, suelen ser escritores e historiadores extranjeros quienes publican (llevan publicado, hace mucho tiempo) dichas obras, en mayor número comparado con los autores españoles. Personalmente la conquista del Imperio mexica es uno de mis acontecimientos y momentos históricos predilectos desde siempre, tanto por la época fascinante como fascinantes eran las propias civilizaciones que se encontraron y poco después chocaron en ese México bárbaro y civilizado a la vez (Además, México es uno de mis países favoritos, algún día intentaré explicar el por qué) o el atractivo de las figuras partícipes, desde Moctezuma a mi tocayo Hernán Cortés. Debió de ser un momento irrepetible, y siempre he soñado con esos días y años, imaginándome uno de esos hidalgos barbados que, tras un viaje en barco de dos meses, se introducían en un mundo misterioso, selvático, montañoso y completamente desconocido, repleto de indígenas y sin entender ni papa. Un mundo violento donde los mexicas-aztecas no vivían pacíficamente cultivando maíz, cacao y aguacates y bañándose desnudos en las aguas del Paraíso, felices e ignorantes. No. Otra cuestión es cuando Moctezuma y los suyos vieron aparecer a los castellanos, con sus armaduras y sus caballos, y creyeron ver en Cortés la reencarnación de Quetzalcoátl, la Serpiente Emplumada. Buena parte de los mexicas quedaron atemorizados y unos cuantos comprendieron que su mundo llegaba a su fin, como decían las profecías. Aunque pese a la aparente superioridad tecnológica, los españoles no las tenían todas consigo. La proporción en número de mexicas y otros indígenas contra castellanos era mucho mayor, y en cualquier momento se liaría la de Dios es Cristo, como ocurrió en la "Noche Triste". Cortés, Alvarado, Olid, Tapia, Jaramillo, Pánfilo de Narváez, Bernal Díaz del Castillo, Sandoval y tantos otros le echaron, además de sagacidad para aliarse con otras tribus, un par de testículos, justo es reconocerlo. Total, para que luego su proeza fuera rápidamente olvidada y años más tarde el propio Cortés muriera a los 62 , frustrado y desilusionado. Nuestras cosas. Pero qué momento único; Esos exploradores que, fascinados y aterrados, contemplaban las calles y las pirámides chorreantes de sangre y repletas de ídolos, en fabulosas ciudades sobre lagos...vistas por gente de la cual en algunos casos había visto poco mundo; sólo Cortés y unos pocos más habían estado en Valladolid, Toledo, Salamanca, Sevilla o Roma, amén de la breve experiencia anterior de La Española y Cuba. Y sólo había un modo de volver triunfante de allí. Fascina cómo un puñado de locos ávidos de oro y gloria llegaron a Tenochtitlan, se enfrentaron a una cultura en decadencia, arrasaron buena parte de ella (no la exterminaron) y de sus ruinas surgiría el Virreinato de la Nueva España y posteriormente, el país de México. Qué momento...



- El Paseo de Almería sigue siendo ese lugar donde parece haberse detenido el tiempo. Siempre está igual y se asemeja al de mis recuerdos infantiles, borrosos y mitificados. Entre la Puerta de Purchena y la renovada y hermosa Rambla mirando al mar y aireada por el viento, el Paseo conserva su aire de espacio burgués de capital de provincias, modesta y distinguida calle arbolada repleta de tiendas de ropa, pequeños y grandes negocios, bancos y agradables terrazas para tomar café, como el Coimbra o el Cervantes, helados o comprar pasteles, como en la mítica La Dulce Alianza (Con ese nombre te dan ganas de comprar el establecimiento entero). O simplemente pasear bajo la sombra de sus cuidados arbolitos; aún está en pie su legendario ficus, desde finales del siglo XIX. El Paseo bulle de vida y hermosura por las mañanas y para mí es uno de mis lugares y momentos predilectos, tanto como cuando era pequeño como ahora, cuando voy de la mano de mi pareja. Ya sea por la mañana, al atardecer o por la noche, el Paseo de Almería sigue estando igual, como cuando era un crío y andaba por él con el abrigo en Navidad, o iba con mis abuelos a dar un paseo, y mil recuerdos más. Esa calle cuesta arriba (o cuesta abajo, según se mire) forma una parte de mí muy importante y espero que dentro de 50 años siga igual. Es probable que para mí lo sea.

14.10.11

Dos meses

- Desde hace dos meses mi vida es sensiblemente muy distinta.

- Desde hace dos meses no hay sol más brillante ni día más perfecto.

- Desde hace dos meses me importan muy pocas cosas, prácticamente ninguna , aparte de tí.

- Desde hace dos meses quiero ser mejor persona y vivo por tí.

- Desde hace dos meses el cielo es siempre azul y no hay negros nubarrones en mi interior.

- Desde hace dos meses me encantan los recodos de las calles para amarte furtivamente.

- Desde hace dos meses se me detiene el pulso cuando me miras.

- Desde hace dos meses no hay mejor refugio que tu pecho, ni mejor reconstituyente o estimulante que tus besos.

- Desde hace dos meses tengo el alma cortada a tu medida, como dijo Garcilaso.

- Desde hace dos meses sólo estás tú.


TAMNP.

9.10.11

País de charanga y pandereta

El otro día se casó una mujer mayor. Con otro hombre 24 o 25 años más joven. El asunto no pasaría a mayores si no fuera por la identidad de la dicha anciana, una noble de rancio abolengo con innumerables títulos y hectáreas y hectáreas de tierra por toda España, amén de un vasto patrimonio arquitectónico y artístico sin parangón. Descendiente de uno de los mejores y más temidos hombres de armas de la historia española y entroncada esta familia con la aristocracia inglesa. Bueno.

Dejando de lado dichos supuestos, a lo que venía yo hoy era a despotricar un poco contra varias cosas, cosas que me alteran sobremanera:

-Primero, la sangrante atención dedicada por las televisiones españolas a la boda de marras. Esa mañana, aunque no quisieras ver nada de la boda y quisieras ver algo en la tele, no podías, simplemente. Con la legión de comentaristas y comentaristos opinando sobre cómo va el novio, la novia, la madrina o qué se come en el banquete. Y las revistas salieron el viernes, a todo color y con cientos de páginas, faltaría más.

-Segundo, la algarabía de la gente por la boda. Fue en Sevilla, la amada Sevilla de la noble, ciudad de señoritos, curas, flamenquitas y capillitas donde la recién casada tiene hasta estatuas. Qué ha hecho ella para tener estatuas aparte de poseer Tizianos y otras obras de arte es otra pregunta que me hago. Pero dejemos eso. En Sevilla, como digo, donde la gente se echó a la calle para ver, saludar y aclamar a la recién casada, o hasta llorar con devoción. Algunos hasta se disfrazaban de ella, del Rey o de cualquier otro, o llevaban camisetas conmemorativas. Y gente no sólo de Sevilla, también de poblaciones cercanas o incluso desde provincias vecinas quienes se decidieron a hacer acto de presencia a ver a la anciana noble por ejemplo, "porque ya tenían la comida hecha en casa" (sic). Gente muy contenta toda, porque se les casaba. Que haya gente que paralice su vida y se eche a la calle por temas como éstos, cuando realmente los recién casados son gente que se encuentra muy por encima del pueblo llano y les importa una higa lo que piensen, sientan o padezcan los vecinos de a pie, es otra pregunta que me hago. En Sevilla, cómo no. Claro que es injusto etiquetar sólo a los sevillanos. Hay muchos sevillanos contrarios a estas muestras de fervor. Y por supuesto, en toda España, como en toda España hay gente dispuesta a ponerse una camiseta y pintarse a esperar en la puerta del palacio.
Gente cotilla y churrasquera capaz de esperar horas y horas hasta que salga su idolatrada anciana. Para ver "cómo va" o contemplar su vestido y dar su opinión. Gente que forma parte de esa España de charanga y pandereta que creíamos (creía) olvidada y superada. Escenas como las muestras de alegría y fervor por la anciana, unidas al bailecito de la pobre misma, son las que provocan la carcajada general de todo el mundo y de los europeos en particular. Muchos europeos se divierten mucho al comprobar que, en muchos aspectos, seguimos siendo ese país folclórico y con ídolos de barro, con un populacho voluble dispuesto a aclamar a nobles y personajillos, antes y ahora. España debió de dejar de adorar a sus nobles y superiores a partir de 1808, o en 1788. el caso es que así seguimos.

Esa España de charanga y pandereta, de señoritos, caciques, toreruchos y folclóricas, amén de otros personajillos más freaks, la cual buena parte de los europeos se complacen en comprobar que sigue vigente (de ahí su atención en los periódicos. Muchos extrajeros siguen creyendo que en España somos así) es la misma que cadenas televisivas como Telecinco (aunque no sólo Telecinco) quieren seguir manteniendo. No ya sólo por sus especiales y reportajes (y eso que no hablo ahora de su legión de monstruos tipo Esteban o los de Acorralados) si no también cuando programan series biográficas edulcoradas-mitificadas con personajes de dudoso mérito aún vivientes, caso de La Duquesa, Los Príncipes, La Pantoja, La Baronesa y más y más. Donde, oh tragedia, les ocurren dramones como la muerte de un marido o las fuertes discusiones con un hijo o familiar. Asuntos que, como sabemos, no les ocurre a la gente normal, de la calle. Sólo a ellos, seres superiores, en sus dramáticas vidas.

Así nos va en nuestro bonito país de charanga y pandereta.

He dicho. Por fin.

1.10.11

Esperando a Alatriste

Sí, ya sé que queda casi un mes. Concretamente, 26 días. Pero, dado que ahora disfruto de Internet muy de cuando en cuando y que felizmente no dispongo de tanto tiempo para navegar y/o escribir parrafadas , hablaré hoy de la gran novedad literaria española del año.

Como digo, y sabrán ya muchos (y muchas, no me pillarás, Bibiana, como diría él), el 27 de octubre sale a la luz la séptima entrega de las aventuras del capitán Alatriste, El puente de los asesinos, ambientada en la Venecia del siglo XVII, lógica continuación de las correrías de nuestros inolvidables héroes y antihéroes por Italia, tras Corsarios de Levante.

¿Qué puedo decir yo de Alatriste, y de nuevo de Pérez-Reverte? ¿Realmente importan mis insignificantes opiniones? Bueno. El fenómeno Alatriste apareció en 1996, cuando su autor, en buena hora, tuvo la feliz idea de publicar una serie de libros, una suerte de novelas entre la novela histórica y la novela de aventuras de capa y espada con gotas de picaresca y realismo, muy típicamente española. Con ellas mi admirado y nunca bien ponderado señor Pérez -Reverte pretendía acercar la historia española a la gente en general y a la juventud en particular, mediante un estilo narrativo atrayente y unas aventuras que mantuviesen en vilo a los lectores, muy en la línea, por ejemplo, de Dumas. Centró además las novelas en una época muy preciada para él, la del Siglo de Oro, ambientada la serie entre 1620 y 1643, cuando España aún se creía, se consideraba y se sabía Imperio y las potencias europeas lo sabían perfectamente, pero a la vez era un gigante con pies de barro donde la economía empezaba a hacer aguas, la miseria inundaba las calles y comenzaba a derrumbarse el poderío de los Austrias. Todo ello aderezado con el atractivo de ese Siglo de Oro irrepetible en lo cultural, con unos tales Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Velázquez, Quiñones de Benavente...la España de El Quijote, del entremés, del corral de comedias, de los pícaros y de los tercios. Esa España la cual el propio Pérez-Reverte "odia y ama" según sus propias palabras.

La primera entrega apareció en 1996, y cayó en mis manos unas Navidades, las del 98, creo. Ése y El club Dumas (propiedad de mi abuelo) fueron mi aproximación al escritor cartagenero. Así que pronto caí en sus redes, atrapado por su forma de escribir y su amor a la historia de España y a la novela de capa y espada. Luego fueron apareciendo Limpieza de Sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000), El caballero del jubón amarillo (2003) y Corsarios de Levante (2006). Por razones inexplicables, no pude leerme El caballero... hasta hace pocos meses y hace un mes, Corsarios. Pero me he actualizado rápidamente. Las novelas ya publicadas suponen todo un fresco del siglo XVII español, pero no sólo centradas en España, ya que el Sol de Breda está ambientada en Flandes y Corsarios de Levante, en ese mar Mediterráneo que tanto ama el autor, desde Berbería a Turquía pasando por Nápoles. Las otras novelas de la serie se quedan en ese Madrid peligroso y oscuro de espadachines, curas, daifas, corruptos y pícaros, con alguna salida esporádica de la Villa y Corte.

El protagonista absoluto es evidentemente el capitán Diego Alatriste y Tenorio, veterano de mil correrías y varias guerras, un personaje fatalista y estoico, muy en la línea española, que se gana la vida como espadachín y matarife. Pérez-Reverte lo hace amigo de Quevedo y otros personajes ilustres de la época, y su punto de vista predomina en las primeras entregas de la serie. Porque a partir de El caballero...se va imponiendo la visión de Íñigo Balboa, el otro gran protagonista, un mozalbete cuyo padre fue amigo de Alatriste y que al morir aquel en Flandes, deja su Oñate natal y se va a vivir a Madrid con el capitán. Así, vamos asistiendo a cómo se va haciendo mayor Íñigo, como va aprendiendo a pensar y experimentar, recibe las primeras cuchilladas de la vida, y sus primeros amores y además, como cambia su punto de vista del capitán, hasta entonces un semidiós. Ya en El caballero del jubón amarillo Alatriste aparece como un personaje no tan modélico y honorable, mucho más oscuro y pendenciero, borrachín atormentado por sus demonios interiores, cansado verdaderamente de vivir y va buscando la muerte no ya a cada esquina, sino a cada paso. Con todo, ambos siguen permaneciendo juntos espalda con espalda aun cuando las diferencias entre ellos comienzan a ser muy grandes. Íñigo además comienza a tornarse, cosas de la edad, como un joven algo fanfarrón y altivo, que desoye los consejos de un denostado Alatriste. La verdad , para mí, Iñigo Balboa nunca me ha gustado demasiado. Siempre he preferido al propio Alatriste o a Sebastián Copons, su silencioso compadre. Pero aquí me ocurre como en otro de mis libros favoritos, la insuperable trilogía de los Mosqueteros, ya que, aun gustándome mucho D´Artagnan, mi personaje favorito era y es el taciturno y experimentado Athos.

Pero es la óptica de Balboa la del lector. Y Balboa/Pérez-Reverte, además de narrar y describir, inserta discursos y opiniones de Íñigo sobre la España de la época, de las cuales la mayor parte son extrapolables a la nuestra. Ahí se reconoce muy bien al Pérez- Reverte articulista de Patente de Corso , cuando da caña a todo Cristo y se muestra tan equidistante de todo y todos, amando y odiando a España verdaderamente. Opiniones en su mayor parte políticamente incorrectas en nuestros cándidos días de buenas y optimistas ideas. Aunque los pijoprogres quieran encuadrarlo, con el aura de tolerancia propia del progresismo, en la extrema derecha, todo el mundo que lea mínimamente a don Arturo conoce su tendencia política.

Otro de los puntos fuertes de las novelas es su lenguaje, ya que, aún siendo en ocasiones algo más grosero (típicamente de su autor) , es totalmente contemporáneo de la época tratada, el Siglo de Oro. Es esa una gran virtud en nuestros días, cuando aclamadas y vendidísimas novelas históricas adolecen de un lenguaje totalmente actual. Ya no sólo que piensen como en el siglo XXI, aunque la novela esté ambientada en el siglo XIII. Es que hablan como hoy día. En Alatriste no. Los personajes, los diálogos, los tacos y las narraciones son muy de época, muy de su época. Pérez-Reverte conoce muy bien y admira profundamente a los autores del Siglo de Oro y su serie de Alatriste es un homenaje a todo ello. Además intenta difundir su importancia en el lenguaje castellano (algo reconocido por los expertos lingüistas, quienes se lo agradecen al autor) junto con la historia de España, de ahí sus repetidos intentos por difundir los heroicos hechos de los tercios y las victorias navales en el Mediterráneo y el Atlántico.

Pero no todo es luz, gloria y victoria. No son éstos unos libros pro-imperiales donde no hay crítica, como los escritos hace 100 o 50 años. Pérez-Reverte siempre ha luchado contra todo eso, para "quitarle la camisa azul" (por el franquismo y su mal uso propagandístico), como él mismo dice, a todos aquellos personajes españoles que realizaron machadas y proezas. A esos personajes y sus respectivas épocas. La España de Alatriste es, con todo, grande en su gloria y en su miseria. Así, si en la serie de aventuras se nos cuentan las victorias aplastantes del ejército español, también nos cuentan algunas derrotas, los malos procederes de los nobles y mandamases, la mala distribución del dinero y la riqueza, el excesivo poder de una porción del clero, la absoluta miseria de buena parte del pueblo llano y la crueldad de la gente en general. Pese a todo, los teatros se llenaban y las ciudades bullían de literatura. Y hay más antihéroes que héroes. Es un mundo de antihéroes, de cuchilladas en las calles oscuras, y de personajes estoicos que aguantan lo que haya que aguantar. Porque es lo que hay. No hay otra salida. Silencios cortantes y miradas largas, muy de spaguetti-western. Esto quedó bien reflejado en la película de 2006, película en general bastante buena cuyo mayor fallo fue condensar todos los libros en una película. Pero es bastante aceptable (sobre todo considerando cómo suelen cagarla con las adaptaciones de Pérez-Reverte. Y el final me gustó mucho, cuando van cayendo uno por uno los últimos soldados de Rocroi al compás de la Madrugá sevillana. Yo sí lo vi apropiado) con un muy correcto Viggo Mortensen pese a su dificultad para hablar bien castellano. De todas formas, Diego Alatriste habla más con el acero y la mirada que con la voz.

Por último, la descripción de ambientes. Pérez-Reverte nos traslada a toda una época irrepetible. Contemplamos el Madrid de los corrales de comedias, la Sevilla de los malandrines con su jerga indescifrable, el Nápoles de los españoles ("Ver Nápoles y morir") , la Berbería de los presidios, el enfangado Flandes de la victoria de Breda. Nos maravillamos ante las ciudades. Sentimos el sol darnos en el cogote, los callejones ensombrecidos y peligrosos, el resonar de los pasos sobre la piedra, el tintineo del acero, el aroma del cuero, el salitre de la mar, la sangre derramada, propia y ajena...hasta podemos oler el sudor en los duelos y en las calles atestadas de gente. Una experiencia inolvidable, ya me marcó cuando era más pequeño, significó mucho para mí y resulta inseparable de esos buenos ratos en soledad haciendo volar la imaginación. Hoy día sigue siendo una opción muy recomendable, por supuesto.

Pues eso. Esperando con ansia el 27 de octubre. Para volver junto al capitán y a Íñigo. A ese lugar de la mente y del corazón, a luchar por todo.

-Desnudemos los aceros.
-Mierda de Cristo.
-No queda sino batirnos...


Muchísimas gracias, de todo corazón, d. Arturo. Con toda humildad, para usted
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