16.4.11

Semana de Pasión

Siempre viene bien volver a la tierra de uno. Y más en ocasiones señaladas. En mi caso, la Almería varias veces aludida en este lugar, y en Semana Santa. Siempre hay ganas de ir, aunque dadas las circunstancias familiares, apetece más que otras veces, especialmente porque puede ser la última tal y como ahora la habíamos conocido.

Es curioso mi caso (aunque no soy el único; y es más, existen casos aún más contradictorios que el mío, ya que yo nunca he desfilado en una procesión, por ejemplo) , al ser totalmente agnóstico y profundamente laico desde hace mucho tiempo, pero sin embargo un entusiasta de la Semana Santa. La imaginería, el ceremonial,la música, el aroma a incienso...esos y otros aspectos me encantan y me traen hermosos recuerdos. No creo en Dios, pero siempre me ha encantado recrear diversos acontecimientos cristianos, especialmente los de la Pasión de Jesucristo. ¿Sanguinario? No lo creo.

Creo más bien que se debe a mi tradicionalismo, a mi respeto por las costumbres y por la cultura de nuestros pueblos, nuestras gentes. Así, no como carne a partir del Jueves Santo y todos los viernes de cuaresma. Yo y toda mi familia, desde luego. Somos así. Tradiciones. Mal que le pese a muchos, la mayor parte de nuestra cultura queda influenciada y regida por la religión cristiana. Y circunscrita. Por eso quedan fuera de lugar (pienso) ciertas iniciativas de antirreligiosos combativos, como esa asociación de Madrid, la cual planeaba una procesión atea (sic) el mismo Jueves Santo. ¿No hay otro día, para empezar, verdad? En fin.

Y nada más. Disfrutad también todos vosotros de esta Semana. Quien pueda y quien no, que al menos le sea más llevadera. Ya sea viendo imágenes sangrientas de madera tallada, tocando el tambor o en la playa.

Hasta pronto.

11.4.11

Un año de...

Sí, el tiempo pasa realmente fugaz. Hace hoy justamente un año comenzaba "a surcar aguas mejores". Iniciaba mi andadura por este mundo virtual de escrituras sin papel ni tinta, con mucha incertidumbre, vergüenza y nervios ante lo desconocido, ante algo que nunca antes había hecho: publicar lo escrito. En este mundo global de la actualidad es mucho más fácil que se lean tus pensamientos y declaraciones si lo comparamos con hace.....15 años, no hace falta irse más lejos.

Este blog servía un poco, al principio, o ése era su cometido, como de vía de escape, como ventana, como medio de expresión de una persona discreta (yo) poco acostumbrada a llamar la atención, a manifestarse, a dar la nota, más allá de la familia o del pequeño grupo de amigos. Y bueno, desde luego un método fácil sin hacer mucho ruido es escribir. Superar esa vergüenza inicial a que todo el mundo lea lo escrito por tí, y tener conciencia por tanto de lo que ello implica; y dar rienda suelta a las emociones y pasiones para utilizar el repertorio estilístico plenamente y escribir con cierta libertad, sin miedo (porque aquí he dicho cosas de las cuales, algunas, no diría en voz alta o no se lo he dicho/diría a familiares o amigos. Y de un modo que, ni se lo diría a ellos, ni lo sabría expresar hablándolo) . Superando eso todo lo demás ha venido, como se dice, rodado.

74 entradas no son pocas. Así, he tratado muy variados temas, ya fueran de Historia (de España en particular, mi pasión, y muy en concreto de Historia Moderna; los peñazos de Carlos V dan fe de ello) , de Literatura, de Cine o de rabiosa actualidad, ya fuera política, sociedad o incluso televisión. Asimismo, otros temas más íntimos como sensaciones, pensamientos profundos o sentimientos. Dedicatorias. O experiencias vividas.

Mi mayor sorpresa, desde luego, y alegría a la vez, ha sido la de recibir desde el principio toda clase de alabanzas y buenas críticas (en ocasiones, de personas totalmente inesperadas) hacia mi modo de escribir (¿qué? ¿quién me creo?), hacia cómo planteo los temas, cómo los presento. Con lo vergonzoso que puedo llegar a ser... Humildemente, y salvando las distancias, debe notárseme alguna influencia del maestro intocable, del gran d. Arturo Pérez-Reverte. Soy totalmente deudor suyo. Leerme prácticamente toda su obra (incluidos por supuesto sus artículos dominicales) desde los 12 años bien puede tener que ver. O haber leído mucho, en general, en mi vida, desde pequeño. Ya sean clásicos de la literatura, obras más recientes o prensa escrita. Sinceramente y de todo corazón, no me lo esperaba, pero así es. Yo no esperaba tanta repercusión. Por muy poca que sea, porque al fin y al cabo mi influencia es felizmente nula, es infinitamente más de lo esperado. Desde el principio he contado con la fiel lectura de mi amiga famosa, sincera examinadora como digo. Bien pronto se hizo seguidora. Poco a poco, para alborozo mío, la nómina de seguidores fue ampliándose, y , asombrosamente, puedo decir con orgullo (y cierto acojone) que se me lee (demonios, ni que fuera yo un escritor de verdad. Calma...) ...no, digamos mejor que se me ha leído alguna vez a ambos lados del Atlántico, en dos continentes. Tierras tan dispares como México, Venezuela, Argentina, República Dominicana, Perú, Colombia, EEUU, Costa Rica, Canadá, Dinamarca, Turquía, Reino Unido, Bélgica, Uruguay, Francia, y muy variados rincones de nuestra España..... verdaderamente sorprendente. Sorprendente que en todos esos lugares tengan la muy discutible costumbre o decisión de leer este blog. Bien es cierto que en ocasiones depende de los servidores y de los enlaces, y de las fotografías encontradas en el buscador. Pero es igual. Como si son ocho u ochenta. Yo no escribo para nadie en concreto, la verdad. Pero ahí está la gente. Gente impagable de los cuales la inmensa mayoría nunca conoceré en persona o tendré noticia alguna. Por otra parte, más allá de estas remotas visitas, más cerca de casa se encuentra ese pequeño grupo de fieles. Aunque fueran una persona ya me harían feliz. Bueno, pues son varias. Para mi asombro, son varias.

A toda esa gente, amiga, conocida o desconocida, muchas gracias de todo corazón por vuestra infinita indulgencia. GRACIAS. Verdaderamente no soy nadie. Pero todos vosotros me hacéis sentir, interiormente, como si fuera alguien.

7.4.11

Sangre, arena.... y semen


Bueno, pues ya ha terminado en Cuatro la primera temporada de Spartacus: Blood and Sand. Actualmente no hay continuación por la grave enfermedad del actor protagonista, por lo que se procedió a realizar una precuela (Gods of the Arena). Deseándole una pronta recuperación y toda la salud del mundo al galés Andy Whitfield, procederé ahora a despotricar un poco contra la serie.

Sí, despotricar. Lo siento por los fans (y las fans) de la serie. Desde luego no me parece la peor serie del mundo, de hecho tiene aspectos positivos, pero no me entusiasma tanto como a algunas personas, las cuales me la recomendaron fervientemente. No me llega a convencer del todo.

Al principio creía que sería una mezcla entre Gladiator, Roma y 300, o algo parecido. Nada más lejos de la realidad. Se asimila a la película de los espartanos, cierto, en su estética de combates a cámara lenta (aunque en esta serie son bastante menos realistas, con decapitaciones de serie B, y mucho más fantasiosos e irreales, si cabe) sangre a borbotones (aunque la proporción entre Spartacus y 300 sea de 20 litros a 1 o 2 de líquido) y proliferación de hercúleos torsos depilados (si bien resulta más filogay la de los gladiadores en comparación con la de los valientes de Leónidas) .Pero ahí se acaban las similitudes.

Desde luego 300 no fue tampoco una película histórica al uso (tampoco se las daba de histórica, desde luego). Basada en un cómic, interpretaba la historia de la heroica batalla de las Termópilas y de Esparta a su manera, y predominaba la fantasía en gran parte de las escenas. Pero tenía algo, como el lenguaje, las frases, las interpretaciones de los personajes y sus miradas, su determinación, la voz del narrador, incluso la música, etc, que provocaba que te implicases con los protagonistas, padecieses sus penurias, te emocionases incluso (por no hablar de Gladiator...) Roma era una serie violenta y para adultos, no fue nada del otro mundo, pero tenía algo más de guión (aunque también abundaba el lenguaje chabacano y las escenas subidas de tono, continuamente) y suficiente historia interior. En Spartacus resulta complicado ver más allá de los cubos de sangre, las amputaciones físicas y las declaraciones de machito de guimnasio. Hay una historia de personajes, hay un trasfondo; pero no es fácil verlo, por lo menos para mí. Acaba uno (yo, por lo menos. No sé el resto de la gente) saturado del lenguaje soez y patibulario, totalmente extemporáneo (cierto que no es una serie histórica, que es fantástica-erótica, pero...sigue sin gustarme esa tendencia de hacer pensar y actuar a personajes antiguos como si fueran actuales), de la pobreza del guión (la mayoría de las veces) y de las muy gratuitas escenas de sexo explícito que la mayoría de las veces no aportan nada.

Sexo explícito. Es fácil tildarme de mojigato. E injusto. Más que nada porque no lo soy. Bueno, desde luego la serie da lo que promete, esto es, sangre y espectáculos en la arena, aunque para ser honestos en el título deberían haber incluido "y sexo", o "y carne" , o algo así. "Semen", mejor. Totalmente. Con rigurosos planos de genitales masculinos rasurados y femeninos (con toda la pelouse...entonces exclamo "oh, vaya, Ilithia no lo lleva depilado...¡lo sabía! . Esto es vital para la trama. Ya puedo dormir tranquilo") y todo lo demás. Y por supuesto sudorosas y detallistas escenas en el ajo. La serie pretende ir de transgresora, desde luego, creyendo que por mostrar esas escenas (o incluso escenas homosexuales de sodomización) más transgresora es, aunque se queda en tópico, en lo fácil. Y de provocadora, y se queda en parodia. Algo hortera. De hecho, más que de 300, queda más cerca del horterismo carnavalesco de películas como la polémica Calígula, protagonizada por unos decadentes Peter O´Toole (antiguamente Lawrence de Arabia) y Malcolm McDowell (protagonista de La naranja mecánica) en el año 1979. Semi-pornografía de mascarada. La ambientación en la lasciva Roma (si bien el ludus de los gladiadores se sitúa en Capua, la cual, en la serie, más que en una fértil llanura de Campania parece que se encuentre en los Andes o en el Himalaya) es el único pretexto para enseñar kilos y apéndices de carne, así porque sí. A mí me aburre, personalmente. Pero soy yo. Si te basta con una serie que sean toneladas de eso, con alguna pequeña historia dramática por ahí y alguna frase memorable entre tanta polla, coño, joder, puta, pollas de Júpiter, por los putos cielos, mantén tu polla pegada a tu cuerpo, ¿con qué polla te vas a tirar mi cadáver?, por las pollas de los dioses, quiero sentir tu polla dentro de mí, etc, etc, pues te encantará Spartacus. Y lo respeto, conste en acta. Para gustos, colores.

Pero lo siento. Para mí los diálogos son una estafa la mayoría de las ocasiones y a veces resulta complicado encontrarle seriedad o emoción a lo que dicen o a las tramas. Si ves a un maromo casi afirmando "La polla me llega hasta el Vesubio, qué macho soy", pues luego es difícil creerse si sufre, si padece o si está enamorado de tal esclava. Hay que hacer un gran esfuerzo para implicarse. Seres musculados al máximo que sólo saben hacer dos cosas, ambas relacionadas con la carne: o seccionarla o introducirla en otro cuerpo. Cierto que hay personajes menos patibularios y menos machos alfa como el propio Espartaco o su amigo Varro (de los escasos personajes positivos, amables, de la serie). Pero para mí han destrozado a Espartaco. Deberían haber dejado en paz al esclavo rebelde. Cierto que los responsables de la serie no buscaban una fiel recreación histórica al estilo de Yo, Claudio, por ejemplo. Supongo que su intención era acercar al público y a la juventud el personaje del tracio rebelado contra Roma, pero apostando por lo más exitoso, obvio y fácil. Músculos, sangre y sexo, con poco guión, trasfondo y verosimilitud. Decorados irreales de cartón piedra o de ordenador (Capua parece sacada de algún juego tipo Total War o Age of Empires) con un cielo ocre de nubes veloces todo el tiempo.

Intentando dejar a un lado el lenguaje soez (la abundancia del palabro polla es increíble, insisto con ello. La verdad, no soy un purista que abogue por el lenguaje limpio, ni se escandalice por hablar zafiamente. Ahí está el ejemplo de las películas de Tarantino, de Scorsese o de Al Pacino, las cuales me encantan. Ahí puede quedar bien. Pero en Spartacus queda fuera de lugar, atemporal y se hace muy, muy repetitivo, haciendo quedar por académicos de la lengua a los mafiosos de Nueva York, Los Angeles o Miami, ya que éstos saben decir algo más que polla), intentando dejar a un lado el lenguaje soez, como digo, algunas actuaciones de actores son bastante buenas, como el propio protagonista, quien no suele hablar al estilo de sus hormonados compañeros y en ocasiones produce verdadera tristeza. También destacan, a ratos, Batiato por su maldad disfrazada de honestidad, Doctore por su rectitud, serenidad y disciplina o Ilithia por su atractiva perversión casi diabólica. Del resto, poco más. La actriz que fue Xena, la princesa guerrera (Lucy Lawless) se pasa toda la serie hablando de pollas, coños y tirándose a Crixo (el galo rival de Espartaco) , quien da totalmente el pego de actor porno.
Si bien, siendo honestos, es plausible la mejora de la serie según avanzan los capítulos (porque he visto la temporada entera, para realizar una crítica completa) aunque con algunos altibajos, pero sí. En mi opinión, cuando abandonan un poco ese lenguaje monotemático y esas escenas repetitivas y se centran en las traiciones, convicciones y decisiones de los personajes, acelerándose los acontecimientos (precisamente en el último capítulo, y es una verdadera orgía, esta vez de sangre) y se realizan discursos más serios, es cuando la serie alcanza entonces sus mejores momentos. Aún así, le falta algo y le sobra también algo.

Pan (carne) y circo. Pelín hortera. Pornografía reconvertida en serie. Si querían una porno, no hacía falta disfrazarla de serie pseudo-histórica-dramática-gore, ¿Pero todo junto?. Serie sobrevalorada, en mi opinión. La apreciarás si te basta con sangre y vísceras a saco, camboya a mansalva y diálogos de presidio o guimnasio. Si buscas algo más elaborado, con buen gusto (se pueden decir cosas buenas y malas de Spartacus. Pero no que tenga buen gusto) con un poco más de trasfondo, emoción y contenido, más allá de las alcobas romanas, igual no te gusta, o no te gusta tanto, o te aburre un poco.

Supongo que la solución podría ser no tomársela en serio y desprenderla del rigor exigible. Contemplarla como puro entretenimiento, como sea, similar al de los patricios romanos. Entretenimiento básico (muy primario) y simple. Tan primario y simple que lleva a preguntarme si seguimos sin bajar del árbol o sin salir de la cueva. ¿Éste es el entretenimiento preferido, el único? ¿Sangre y sexo?. Pero, ay, ¿si no te llega a entretener? ¿Si llega a aburrir? ¿Si no te cuenta mucho más aparte de que Fulano dé estopa a mujeres y hombres (a cada colectivo de un modo distinto) o Mengana sea una pervertida diabólica?

Así que ya podéis tildarme de mojigato, pureta, pelmazo o excesivamente exigente. No está del todo mal la serie, repito. Pero prefiero las mencionadas 300, Yo, Claudio o Gladiator (cada una en su estilo, y bien diferentes) y algunas películas más antiguas. Personalmente me sigo quedando con esa maravilla de hace 51 años llamada Espartaco, de Stanley Kubrick y protagonizada por Kirk Douglas, Peter Ustinov, Laurence Olivier, Charles Laughton, Jean Simmons y Tony Curtis, entre otros. Una película bastante política, con alguna que otra apología del comunismo, pero un prodigio en muchos sentidos. Ambientación, diálogos y profundidad de personajes, por ejemplo. Enorme película. Una de las mejores de la historia del cine.

5.4.11

5 de abril

El 5 de abril es un día normalito. Un día primaveral, de los que si vives en ciertas partes de España es posible que te provoque los primeros sofocos solares. Un día y una fecha normales, con pocos acontecimientos históricos reseñables como la victoria de Alejandro Nevski frente a los teutónicos en el Lago Peipus en 1242, la decapitación de Danton en 1794 o las elecciones municipales en España en 1931 las cuales acabarían trayendo la II República. Gracias, por cierto, a Wikipedia (no por traer la República, sino por facilitarme las efemérides).

Un día normal, ya digo. Pero hay otro aniversario de índole más individual. Para algunas personas que tienen la suerte (como yo) de tener a esta persona por amiga, no es un día del todo normal, por lo menos para mí, ya que no todos los días alguien cercano cumple años.

¿Qué más puedo decir de la susodicha?. Quien lea más o menos asiduamente este blog (ella misma es lectora VIP del sitio -siendo puristas sería VIR, Very Important Reader- , y mi mayor y mejor crítica) sabe a quién me refiero, aunque la inmensa mayoría no la conozca personalmente. En fin, es mi amiga y eso es lo único que importa.

Prácticamente 6 años ya que nos conocemos....un lejano y cercano septiembre de 2005...el tiempo pasa verdaderamente fugaz, diantre. Con ella he vivido algunos de los mejores momentos ligados a mi experiencia universitaria, dentro y fuera de la universidad . Ha habido otros y muchos memorables con otras personas, por supuesto, pero hoy nos ceñimos a la aludida.

Dentro y fuera de las clases, como digo. Cinco años de carrera dan para mucho. Tantos y tantos momentos que, como ya dije en otra ocasión, resulta imposible condensarlos en una entrada o entradas. Quedan mejor colocados en el interior de cada uno. Aunque una de las épocas más felices que recuerdo es la de mi primer año en un piso, cuando pasábamos tantas tardes juntos estudiando nada de nada o venía a verme como si fuera el doctor que visita al enfermo. Y por supuesto, cuando yo iba a su piso, y he ido. Veces, veces y veces. Desde que empezamos a ser amigos hasta uno de los últimos momentos, cuando preparamos asuntos de la graduación, hechos unos manojos de nervios. O infinitos momentos de hablar. Y en la calle....cuántas tardes en terrazas, o con un granizado o café, o con unas tapas...Risas. O en simples paseos.
O en clase, atendiendo al profesor. Cuántos momentos de complicidad, de afirmaciones, de bromas, de cotilleos, o de garabatos en un folio (casualmente, mis peores apuntes están relacionados con las ocasiones que nos sentamos juntos. Menos mal que no fueron muchas) ....por cierto, hablando de rayajos, aún recuerdo cómo la graciosa de mi amiga me pintarrajeó el brazo a boli implacablemente, mientras yo estaba en la luna de Valencia. Medieval de España, era, me parece. Siempre fui un cándido. Ocurrió en 2º.Tempus fugit...

Ahora mi amiga ya no tiene que atender al profesor, muy al contrario; la profesora va a ser ella. Tablas no le faltan y vocación tampoco. Quizá es demasiada buena persona para este mundo de cafres, pero con su desparpajo innato y sus gotas de prontos (ella sabe lo que digo) va a ser una profesora de órdago. Profesora guapa, honrada, buena e implacable, a su modo. Además, puede matar con la mirada. Así que ojito. La gente se dará pronto cuenta que tiene a una gran profesora. Yo ya lo sé.

Y cuando ocurra todo eso y pasen los años yo espero seguir estando cerca de ella, aunque vivamos en sitios muy distantes, cada uno haya hecho su vida, las circunstancias hayan cambiado y ya no seamos simples estudiantes. Por cerca me refiero a seguir siendo buenos amigos. Seguir teniendo esa complicidad, esa sinceridad y esa proximidad y estar en los buenos y en los malos momentos. Los dos como los grandes amigos que siempre hemos sido, con nuestras bronquillas y mejores situaciones, siempre, aunque no nos veamos en meses y podamos estar sin hablar más de tres semanas. No cortar la cuerda. Y espero seguir considerándola una persona bastante importante en mi vida (hay otras, cierto. Y más importantes. Pero no son manchegas, eso cuenta mucho), porque lo es.

Feliz cumpleaños, amiga.