17.2.11

Yo digo...

Opiniones que a nadie le importan ni son importantes, pero me quito un peso de encima si las publico. Ahí van:


- Sobre Egipto: comparto la alegría de los egipcios, muchos compatriotas míos y occidentales en general, por el derrocamiento de Mubarak, un tirano en el poder desde 1981. Y más aún ya que ha triunfado una revuelta popular propiamente dicha, con el apoyo más o menos explícito del ejército y sin negros heraldos del islamismo más radical, como en el Irán de 1979. Aunque en Egipto los Hermanos Musulmanes no son precisamente débiles. Lo más negativo sería sin duda que estos islamistas se apropiasen de esta revuelta y alcanzasen el poder. De momento los militares se mantienen fuertes. Ello tampoco es muy positivo ya que Egipto puede convertirse en otra dictadura militar, o en un Estado teocrático-represivo si se unen militares e islamistas. El islamismo radical sería negativo no ya sólo para los propios egipcios (¿son más felices los iraníes de hoy en día que los de 1979?) sino para Occidente, ya que, es muy fácil alegrarse de la caída de un tirano, pero el realismo y el pragmatismo debe imponerse, en el sentido de que no es más positivo un tirano moderado en lo religioso (y pacífico con Israel y Occidente) que alguien similar a un ayatolá. A Europa nos afectaría en el sentido primero económico ya que el petróleo podría disminuir y somos energéticamente dependientes, por desgracia, y en segundo lugar, por seguridad. Islamismo radical y terrorismo van peligrosamente unidos. Y vamos a ver qué pasa en otros países musulmanes. Lo pasado en Túnez, o lo que se cuece en Libia. Debemos ser realistas y el buenismo ya no vale, ni tampoco la Alianza de Civilizaciones. Aunque demasiada gente sea injustamente antisionista y anti-Israel, o simplemente poco partidaria del Estado Judío, este país (única democracia de la zona) defiende a Occidente mucho más de lo que creemos o de lo que mucha gente piensa. ¿Alguien cree que Irán defiende nuestro modo de vida?. Hay ciudadanos que son muy cínicos, y aborrecen a Israel cuando, por ejemplo, son tolerantes con los homosexuales, los transexuales y las mujeres. Su modo de vida es similar al occidental. Por eso me sorprendo al ver a españoles y europeos mostrarse tan alegres cuando puede ser peor el remedio en vez de la enfermedad. Muchos de los que se alegran por la "llegada de la democracia" son los mismos que no expresan crítica alguna contra el régimen cubano, por ejemplo. Ya sabemos que hay tiranos buenos y malos. Y políticos buenos y malos.


- Sobre Cataluña: mi tema favorito...(por cierto, el contador de visitas instalado que detecta el origen de las mismas debe ser pancatalanista o algo parecido, muy de Esquerra. Ya que al meterme en el blog, afirma que soy de "Torrent, Catalonia". Con un par, oye. Da igual que yo viva en Torrent /Torrente, comarca de L´Horta Sud, provincia de Valencia. No sé si es un fallo imprevisto o premeditado. Quiero pensar que es lo primero...). Bueno, los catalanes. Más bien sus bienhallados políticos. Hace un par de días, salió a la luz que en un colegio de Sitges, un niño de cinco años habló en castellano en el recreo. Tremendo crimen digno de la expropiación de bienes. Los inquisidores se conformaron con una pegatina roja en su expediente. El pobre niño no sabía qué pasaba. En fin...ya se ve como desde pequeños se les innocula el odio (ellos quisieran que fuera ancestral, pero no lo es) hacia lo castellano, lo español. Ya no se sabe si la culpa es de políticos, de profesores, de familiares, de Franco, del Toro de Osborne o de los murcianos cuando piden agua. Estos politicastros que van de tolerantes y humanistas y se creen el ombligo del mundo, y que no dejan que cada uno hable como le venga en gana, son los mismos que luego imponen ridículamente los pinganillos en el Senado, cuando un senador español habla para senadores españoles. Piden tolerancia, la misma que ellos niegan. Lo siento mucho, la vida es así, les falta decir.


- Sobre la casta política: esa casta que nos domina, que nos "gobierna". Tanto de uno como de otro signo. Últimamente salpicada por escándalos, a saber: en el Gobierno y en el PSOE, por el "Caso Faisán", las subvenciones a la empresa de la hija de Chaves o la estafa de la ERE andaluza. En el PP, cuestiones del Gürtel y de Camps. Lo del Bar Faisán es bastante grave, pues si se confirmase, y parece ser que así es, sería escandaloso que alguien de la policía (¿ordenado por quién?) llamase a los etarras antes de proceder a detenerlos. Pero no pasa nada. Lo de la hija de Chaves, pues nepotismo puro y duro. España sigue siendo el país del enchufe. Pero no pasa nada. ¿Y lo de la ERE? Ese instrumento para los parados andaluces, que tantos réditos le lleva dando al PSOE 30 años, parece que por fin se va a ir a tomar viento cuando se descubre (a buenas horas) la existencia de gente que cobra por trabajos nunca realizados. Pero no pasa nada.
En cuanto al PP, tenemos lo de la "trama Gürtel". Corrupción por supuestos favores. Un escándalo también. Ya han caído varias cabezas, ninguna de políticos de importancia. Aunque no hay probado nada que implique de forma clara a Camps, los socialistas y los periodistas afines (mediante declaraciones incompletas, revelación de conversaciones, etc) intentan explotar este hecho para provocar la caída del president, si no es por las urnas, pues por escándalos, pensarán. Porque ésa es hasta ahora la única verdad. El PSPV sabe que en las próximas autonómicas se van a pegar otro batacazo y el PP aumentará incluso su mayoría. Algo pasará para que los valencianos no quieran volver a ser socialistas, supuestas corruptelas aparte. Así que ese es su único argumento. Yo no voy a poner la mano en el fuego por ningún político, que conste. Por nadie. Si el juicio lo implica claramente, pues sí, habrá de dimitir. Pero hasta el momento, no hay nada. Sólo los vanos intentos de unos políticos sin programa para desbancar al rival.


- Y por último, algo menos dramático: el precipitado fin de O.T. , motivado por los bajos índices de audiencia y el alto coste económico de las galas. Esta edición apenas congregaba a dos millones de espectadores, con un pírrico 12% de share. Claro, si se compara con la primera edición, con porcentajes del 40% habitualmente y cercano al 70% en la gran final...si bien en las siguientes ediciones la audiencia fue disminuyendo, la verdad es que se mantenía con una media de 25-30%. Un éxito. Esta sin embargo, pese a la presencia de Pilar Rubio como presentadora (que Telecinco esperaba fuese reclamo suficiente) y la vuelta de Nina como directora, ha quedado como vemos rápidamente finiquitada. Una pena.
Me explico: la estaba viendo, aunque yo sólo he visto tres ediciones; la primera, la segunda y la cuarta. No me considero un fan del programa y es verdad que este año la calidad era bastante discutible. Muchos debían mejorar bastante. Pero para eso estaban ahí, para formarse supuestamente. Que luego en la calle triunfasen o no es harina de otro costal. Digo todo esto a resultas de la política de la cadena que lo emite, esa cadena tan poco modélica y ejemplo habitual de telebasura, Telecinco. Lo cierto es que hay mucha gente que la deplora, pero otros tantos siguen sus programas. Muchos la odian, pero tiene varios ejemplos de telebasura éxito de audiencia. Ahora entraría el debate sobre qué es telebasura y qué no, en una televisión actual como la nuestra y en la que prácticamente ninguna cadena se libra. Personalmente considero, de las más vistas, que la honrosa excepción es la 1, con buenos contenidos nada chabacanos y programas recomendables y con buen gusto. Además sus informativos son bastante plurales salvo contadas excepciones. Los mejores, para mí. Pero ése es otro asunto.
Pero de Telecinco, qué cabe esperar. Si su jefe supremo es Berlusconi y su cónsul en España, Paolo Vasile. Entre italianos anda el juego, con su televisión sexista y de mamachicho. Aquí en España tenemos varios ejemplos palmarios, como son Sálvame, Vuélveme Loca, Mujeres y Hombres y Viceversa, Gran Hermano, De buena ley, La Noria...todo un muestrario. Reconozco que veo (aunque cada vez menos) La Noria. No todo, por supuesto, pero algo (el debate, político o de actualidad, si es que se le puede llamar así. ). Suficiente. Pero del resto de esos programas, nada. Me entristece bastante, y me indigna a la vez, que programas de esa calaña triunfen en nuestro país. Gente a la que le guste ver o que encuentre divertido cómo alguien le grita a su novia (o viceversa), cómo hacen edredoning, languidecen en el sillón, enterarse de con quién ha roto la Esteban, qué le duele a Karmele, con qué chica se ha quedado tal tronista y si triunfa o no su encuentro, si ese juicio ficticio con actores (lo digo por De buena ley) acaba bien, etc, etc. Dice mucho de la cultura de nuestro país. Esa gente voyeur que se vuelve adicta al ver a gente en según qué ámbitos y situaciones y lo encuentra digno de ver, tiene para mí poca consideración. Dice mucho de lo aburridas que pueden ser, de su imaginación o de su nivel de exigencia en cuanto a la televisión, por ejemplo. No estoy diciendo que todas las personas que ven esos programas sean así, ni mucho menos, porque me consta. Ni juzgo a nadie, tampoco. Sólo pienso que hay muchas cosas que pueden entretener y distraer la mente, en vez de eso, y no precisamente sólo culturales.
Por eso me ha producido un poco de fastidio que Telecinco haya suprimido el concurso de O.T, porque, como ya he dicho varias veces, al menos esta gente estaba ahí aprendiendo y formándose, y ofreciendo al público música. Es poco probable, pero quizás luego triunfasen como Bisbal o Bustamante. ¿Que venden estereotipos y una cierta falsedad? Pues puede, pero yo no lo considero telebasura al uso. Un entretenimiento sin faltar a nadie, sin vulgaridades, violencias o demostraciones de macho alfa o situaciones de chica sometida al líder de la manada. Y me fastidia que lo cancelen, mientras mantiene ese tipo de programas tan repugnantes, sexistas y rosas, con buenos picos de audiencia pero que sitúa su moralidad al pie de los caballos. Ellos mismos se consideran progresistas y avanzados, o eso quieren vender en sus Informativos, por ejemplo, pero lo cierto es que su programación y lo que muestra no los define precisamente así. Hace poco se produjo la fusión Cuatro-Telecinco. Telecinco absorbe a Cuatro, en efecto. Una de las primeras decisiones fue suprimir el canal de noticias CNN Plus para colocar el Canal de 24 horas de Gran Hermano. Sin comentarios.
Está claro que la televisión no es algo perfecto, ni modelo de educación o cultura. Tampoco es ese su uso, finalidad u objetivo (para eso están los padres o la familia y los libros, desde luego). Si por mí fuera sólo pondría informativos, películas, deportes, algunas series y documentales. Eso es mucho pedir a la televisión. Pero no estaría mal un poco más de conciencia y ética.

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