21.2.11

Dinosaurios


El sábado echaron en Cuatro "Parque Jurásico", y por supuesto aproveché para volver a verla, pues aunque no es exactamente de mis favoritas (o sí, si amplío la lista)  sin duda es una de las películas que más me ha marcado en la infancia y es una de las clave de mi vida.

Corría 1993  y a Steven Spielberg, ese maestro director de películas clave en nuestra niñez como E.T, la trilogía de Indiana Jones y Hook, o terroríficas como Tiburón y El diablo sobre ruedas, o dramas más serios como El color púrpura y La lista de Schindler (ésta una de mis favoritas de siempre), se le ocurrió la brillante idea de hacer una película de ciencia ficción un tanto especial. La historia, como todo el mundo que la haya visto sabe, versa sobre la clonación de varias especies de dinosaurios a partir de su ADN encontrado en mosquitos dentro de ámbar fosilizado. En la isla Nublar, no muy lejos de Costa Rica , se crea un parque de atracciones con algo nunca visto. Así que el empresario (un millonario) decide llamar a una serie de científicos y paleontólogos para que realicen antes de la inauguración una visita previa para dar su visto bueno. Lo que pasa es que uno de los empleados de la empresa bloquea el sistema de seguridad informático (ya empezaban los informáticos a incordiar) para llevarse muestras de ADN y se lía la de Dios es Cristo (en este caso, la de T-Rex es Dios) aderezado con las gotitas de un ciclón tropical.

Tenía 7 años  y medio cuando la ví en el cine por primera vez. Si actualmente, después de 18, la película aún maravilla (ya que ha envejecido bastante bien y tanto los efectos especiales generados por ordenador como los animatronics siguen siendo muy buenos), ¿cómo no me iba a impresionar de pequeño? . Spielberg dejó boquiabiertos a todo el mundo, como con E.T. o con Tiburón, cuando atemorizó a buena parte de la población la cual estuvo un tiempo sin bañarse tranquila en las playas.

Al igual que mucha gente, yo destacaría varias escenas, algunas prácticamente más propias de películas de terror que de ciencia ficción o aventuras:

- La aparición del Brachiosaurus.   Recién llegados los protagonistas adultos al Parque, mientras conversan, el jeep se detiene y el doctor Grant se queda atónito, pasmado, mientras avisa a su compañera: el motivo no es otro que el gigantesco brachiosaurio comiendo de un gran árbol, sosteniéndose unos segundos sobre sus patas traseras y haciendo que retumbe el suelo. A esta imagen la maravilla de los efectos especiales le acompañan la música del maestro John Williams y la gran interpretación de los actores (la mirada de Sam Neill mientras dice "¡van en manadas!"  simboliza muy bien la dedicación en cuerpo y alma a su sueño ). Todo ello a la vez y por ser la primera escena con dinosaurios, impresionó y conmovió en su momento, y lo sigue haciendo. Inolvidable. 

- El Tyrannosaurus Rex hace de las suyas. Cuando falla el sistema de seguridad, rompe la valla y se abalanza sobre los dos automóviles (unos 4x4 que deja hecho unos zorros) de los personajes protagonistas. En el recuerdo, los sonidos de las titánicas pisadas del lagarto, como unos tambores de guerra o unos cañonazos, acercándose terroríficamente, y la mítica escena del vaso de agua, cuando vibra con las zancadas del Rex. O sus escalofriantes rugidos. Luego juega con los coches a su antojo, en el que le podemos ver hasta el ojo, devora a uno de los protagonistas secundarios tras hacerlo cachitos y deja malherido a otro, el matemático pirado.

- El simpático Dilophosaurus. Éste, aunque algunas de sus cualidades se inventaron como la de escupir veneno, es el que se encuentra con el orondo informático que había robado las muestras científicas de dinosaurio para venderlas. Tras jugar un poco con él, el lagartijo, que recuerda un poco a un Critter, devora al ladrón dentro del coche, en un sangriento vis a vis.

- Los Velocirraptor en acción. Una pareja de inteligentes asesinos, desde luego. Se cargan a varios personajes y son más listos que nadie, abriendo puertas (literalmente) y engañando a un cazador para zampárselo. Se te queda en la memoria cuando entran al centro de visitantes, transparentándose por el panel del restaurante y luego pasan a la cocina acechando a los dos niños protagonistas, con mucho suspense, con el sonido de sus largas uñas raspando en el suelo. Aunque son burlados, son más pesados que las vuvuzelas y siguen insistiendo, empujando las puertas como Jack Nicholson en El resplandor, hasta que los héroes logran restablecer el sistema de seguridad.

- El T-Rex regresa como salvador. Así estamos con los protagonistas acosados por el matrimonio de raptors, en la sala de esqueletos, y en el último momento aparece de la nada el Tiranosaurio para salvar (a su modo) a los humanos, luchando contra los velocirraptores. El estropicio en la sala es grande y del techo desciende un cartel con la leyenda "Cuando los dinosaurios dominaban la tierra" mientras el Rex deglute poderosamente a uno. Impresionante...

Qué película. Claro está que, de haberla visto con más años, es posible que no me hubiera impresionado tanto, aunque desde luego mi padre también se quedó maravillado en el cine. Pero a la tierna edad de 7 primaveras, qué se puede esperar. Y más con la calidad de los bichos.
La película fue un exitazo de taquilla y acarreó toda una serie de merchandising, por lo que Spielberg trajo la "dinomanía" a todo el mundo. Yo en concreto, pensaba en hacerme de mayor paleontólogo, y leía libros de dinosaurios, coleccionaba las figuritas de entre las miles  que sacaron y los fascículos, y los cromos, los del Bollycao, por ejemplo. Me sabía bastantes especies de dinosaurios, qué tiempos.....Aún tengo mi velocirraptor en la estantería.

Por eso volví a ver Parque Jurásico. No ya sólo porque la película sea mítica y una pequeña obra maestra, o porque me marcase, sino para distraer la mente un tiempo, trasladándote a la época en la que eras pequeño, se tenían pocas preocupaciones, estabas a medio hacer y cualquier cosa te ilusionaba. En la que soñabas con ser paleontólogo y desenterrar huesos de dinosaurio y construir un esqueleto de verdad. Gracias, Spielberg.

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