El Pym de Poe

Decía el otro día que me estaba leyendo la “Narración de Arthur Gordon Pym”, de Edgar Allan Poe. Poco me quedaba, y no tardé en terminarlo. Como llevo unos cuantos días muy literario, qué menos que dedicarle una entrada a este maravilloso, sórdido y extraño libro.

Poe pertenece a esa clase de autores llamados “malditos”, por lo autodestructivos que fueron. A sus padres apenas los pudo conocer,por lo que fue adoptado por una rica familia sureña (quienes acabaron por desheredarlo) y en concreto era un consumado alcohólico y en ocasiones drogadicto que no superó la muerte de su mujer (su prima, 13 años menor que ella; se casaron cuando Virginia contaba 13 justamente...en descargo del buen Edgar, hay que decir que muchos autores han sugerido, por ciertos testimonios y escritos, que no llegaron a consumar dicho matrimonio, y que fue una relación paternal antes que carnal) y murió a los dos años, a los 40, no se sabe aún exactamente de qué; si de delirium tremens, o de ataque cardíaco, epilepsia, sífilis, rabia, meningitis o cólera...o simple melopea...bonitas enfermedades y rémoras que se estilaban en el siglo XIX, además del rapé, las calesas o el tráfico de esclavos. Cosas de la absenta, supongo.

Edgar Poe, norteamericano de Boston, centró su obra en la composición de relatos cortos y cuentos, de intriga, terror y místicos, como “El gato negro”, “El corazón delator”, “Los crímenes de la calle Morgue”,"Manuscrito en una botella", etc...y así alcanzó gran fama e influyendo en la narrativa negra posterior, escribiendo una única novela: la “Narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket”, en el año 1838.
“Esta historia comprende los detalles de un motín y atroces carnicerías
a bordo del bergantín norteamericano Grampus en su travesía a los Mares del Sur,
en el mes de junio de 1827; con un relato de la conquista por los
supervivientes, su naufragio y los horribles sufrimientos posteriores
causados por el hambre; su rescate por la goleta británica Jane Guy;
el breve crucero de este último buque por el océano Antártico; su
captura y la matanza de su tripulación en un archipiélago del paralelo 84
de latitud Sur, conjuntamente con los increíbles descubrimientos y
aventuras, aún más al sur, a los cuales dio lugar esta espantosa calamidad”. Sólo con leer la “noticia” que acompañaba al libro, ya se ponen los pelos de punta. Ya se intuye lo que se espera en este misterioso libro producto de la atormentada mente de Poe.

Comienza felizmente, como cualquier novela de aventuras al estilo de Defoe o Stevenson, con nuestro Arthur (trasunto de Edgar) embarcándose como polizón en el barco que iba a dirigir el padre de su amigo Augustus, ambos vecinos de Nantucket, isla ballenera. Pero poco a poco y para desgracia del pobre Pym se va tornando en un libro sórdido e intrigante, con escenas de pesadillas, decapitaciones, amputaciones y canibalismo, cuadros que Poe describe con un realismo y estilo tales, que fue polémico en su época. Claro que hablamos del mojigato siglo XIX, pero la obra tiene escenas fuertes incluso para nuestra era.



Lo cierto es que no quiero desvelar detalles por si alguien se lee el libro, pero, al pasar todas escenas sangrientas, siniestras, y cuando los supervivientes son recogidos por otro navío, la cosa se estabiliza un poco; de nuevo pasamos al relato de viajes y descubrimientos, en este caso cerca del Polo Sur. Al llegar a este punto es cuando a Poe se le va la pinza por completo con la llegada a una misteriosa isla poblada por salvajes aún más extraños y donde van a ocurrir cosas extraordinarias. El final del libro, que te deja bloqueado por completo, es uno de los más enigmáticos e indescifrables de la historia de la literatura....¿qué narices quiso decir Poe? Maldito delirium tremens...



Todo ello contado con un estilo pausado, contenido, pero a la vez ágil y que te anima a seguir más y más. Con todo lujo de detalles y sin dejarse nada en el tintero, con un vocabulario nada farragoso y limpio, al contrario que otras obras del XIX. Así que, amigos lectores, "Recomendaciones Lectoras del Mes I": La Narración de Arthur Gordon Pym....de Edgar Allan Poe.