21.12.10

Aviso

Cerrado por Navidades.

Felices Fiestas y Feliz Año Nuevo y todo eso.

En 2011 más.

16.12.10

Otra de citas

"Cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece más aún por lo que de nosotros mismos nos descubre, que por lo que de él mismo nos da." Miguel de Unamuno, siempre sabio.


"¡Dios
me libre de enemistades de amigos!" . Lope de Vega, el Broncas.


"La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos transcurre amenamente." Erasmus de Rotterdam, el Conversador.


"Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos." José de San Martín, el Libertador del Cono Sur.


"Tómate tiempo en escoger un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo." Ben Franklin, el Pararrayos.


"Un amigo es un regalo que nos hacemos"
Robert Louis Stevenson, el Pirata.


"Un padre es un tesoro, un hermano es un consuelo; un amigo es ambos". Ben Franklin, el Pararrayos. (Sí, otra vez.)


"No tiene ningún amigo el que tiene demasiados amigos." Aristóteles, el Académico.

Cursiva
"No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad." Platón, el Platónico.


"No necesito amigos que cambian cuando yo cambio, y asienten cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor."
Plutarco, el Sincero.


"Un amigo hace sufrir tanto como un enemigo".
Proverbio árabe.



(Gracias a Wikiquote por su inestimable ayuda cuando no hay ideas o inspiración y te sacan del brete. Ah,menos la última cita , que corresponde al inicio del capítulo 1 de "La Sombra del Ciprés es Alargada")

12.12.10

El caballero de la mano en el pecho



Una de las obras de arte que más me gustan, sin duda. Entre las favoritas. El caballero de la mano en el pecho, de ese extraño genio llamado Domenikos Theotokópoulos (a.k.a. "El Greco").

"El Greco" (1541-1614) fue un griego de Candía que llegó a los 36 años a Toledo, la imperial Toledo de entonces, y allí vivió y trabajó hasta su muerte a los 73. Se puede considerar pues, con toda justicia, naturalizado español. No voy a hablar aquí de su vida y de su peculiar y admirable obra. Sólo voy a centrarme en este inmortal retrato.

Dicho lienzo no tiene fecha concreta de ejecución, aunque se suele ubicar entre 1577 y 1584, al poco de llegar a Toledo pues y antes de que sus obras evolucionasen hacia las figuras estiradas, expresivas y translúcidas.

Poco me importa que el retratado pueda ser Juan de Silva, notario mayor de Toledo, o, según algunos fantasiosos, el propio Cervantes, ya que el personaje no muestra el brazo izquierdo. Eso es lo que menos importa. Para mí, es mucho mejor así, que no tenga identidad. Es un caballero cualquiera, un caballero español. Claro que no es difícil imaginarse, por ejemplo, al hidalgo empobrecido de el Lazarillo.

Un hombre, de ralo y escaso cabello negro, piel pálida y cuidada barba, observa al frente, como si fuera al espectador, con expresión triste y melancólica pero a la vez digna. Dignidad que se manifiesta por la postura de la mano, extendida sobre el pecho (la Fe del caballero), por lo que se puede deducir que está realizando un juramento. Vestido totalmente de terciopelo negro, como se estilaba en la Corte por la época, las únicas notas de color son el blanco del puño y de la golilla y los dos puntos de dorado que son el medallón con cadena medio oculto y la soberbia espada (Estoque toledano que dijo Manuel Machado).

La gravedad y dignidad del personaje es palpable en este serio retrato. Lo que yo veo es a un caballero, que bien puede ser un hidalgo con más títulos que monedas, pero un caballero al fin y al cabo. Para mí simboliza perfectamente, y retrata, esa Castilla, esa Monarquía Hispánica felipista, Austria, enorme en su poderío y magnificiencia, pero a la cual se le empezaban ya a notar las costuras. Esa Castilla de hidalgos, privilegios, prebendas, obispos, monjes, pobres y tullidos, marginados y magnificados. Recordemos que el retrato se fecha entre 1577 y 1584. Aún están a medio apagar las mechas de los cañoñes que retumbaron en Lepanto. Felipe II se va a anexionar Portugal. Francia languidece en conflictos religiosos. Inglaterra no es aún poderosa (o eso parecía) y la Mar Océana habla castellano. Sin embargo, ya se han declarado dos bancarrotas, comienza a escasear el oro de las Indias y los rebeldes flamencos pronto van a estallar. Como la traición de Antonio Pérez. Pero bueno.

El Siglo de Oro español. En concreto, el reinado del segundo Felipe. La época de lo dorado y de la apariencia, de lo honorable y lo deshonroso, del derrotar a todo ejército que se ponga por delante y a la vez perder galeones y galeones a manos de corsarios. De construir El Escorial y de languidecer Toledo, Segovia o Córdoba. Ciudades bulliciosas y llenas de vida, pero vida lujosa y lujuriosa compartiendo espacio con vida de nadies . El Madrid de los Austrias. Teresa de Jesús. Sánchez Coello, Juan de Herrera. Batalla de Terceira. Gembloux. Asedio de Cádiz. El drama de don Carlos. Mi héroe Juan de Austria. La rebelión de las Alpujarras. Escobedo y Pérez. Y Felipe en su despacho, entre papeles y papeles, dirigiendo el mundo...

Este retrato bien puede condensar todo eso. Sobriedad, austeridad, un punto de lujo y de dignidad. Y de melancolía. Esa España que se sabía orgullosa y se creía honorable, desde Filipinas a Flandes, desde Nápoles a México. Pero un gigante con pies de barro; que estaba dispuesto a morir con las botas puestas y a vender cara su derrota, como efectivamente ocurrió.

3.12.10

A mi amiga, que se lo merece

Es una persona especial, sin duda. Y una buena amistad , también.

Y pasa una cosa que no me pasa con todo el mundo.

Sin embargo, es así.
Y la tengo siempre. Siempre. Es que siempre está ahí.
Lo que pasa exactamente es que ves pasar días o semanas y a lo mejor no sabes nada de ella o de su vida. Eso no quiere decir que no haya preocupación mutua, y que no la eche de menos. El caso es que nos volvemos a ver o a hablar (este año obviamente y por desgracia es más hablar
que ver) y todo sigue como si no hubiera pasado tiempo desde la última vez. Como si se hubiera detenido el tiempo en alguno de esos momentos cómplices o en nuestras quedadas. No hay distanciamiento, y la confianza y el hábito siguen intactos. Es curioso, ¿no?. No sé si le pasará a ella del mismo grado que a mí, pero es descolgar el móvil y parece que hubiéramos hablado hace cinco minutos, aunque de verdad haya pasado mucho más tiempo.

Curioso también es el cómo me siento cuando las cosas no van bien y hemos discutido. Esa persona sabe muy bien que nada me disgusta más que discutir con ella. Una de las cosas que pueden hacer que me hunda de verdad es perder una amistad. Y la alegría y la tranquilidad que experimento con la reconciliación es indescriptible. Por otra parte también sé que nunca nos hemos enfadado (no podemos, me parece) tan fuertemente como para mandar todo al garete. Hay demasiado compartido y mucho corrido como para que pase eso, creo.

Y sé que no hay nada más. No necesitamos que haya nada más. Nuestra amistad es así y no debe modificarse ni romperse (Ni lo deseo). Hay que dejarlo tal y como está. Así.


Es difícil de explicar la capacidad que tiene mi amiga (porque es mi amiga, no sé si os habéis dado cuenta) de hacerme reaccionar, de exponerme sus puntos de vista, de serme sincera con todas las de la ley. Ella sabe que eso me gusta mucho. Y cómo se preocupa para que no esté mal y me tome la vida de otra manera. Como ya dije en otra ocasión, es inexplicable también que, con todas mis imbecilidades, neuras y enfados, y con todos mis defectos, me perdone y quiera seguir siendo mi amiga . Seguramente me debería de haber mandado más de una vez al carajo, de verdad. Pero ella es así. Y tiene conmigo los más inolvidables detalles, como invitarme a la boda de su hermana y mil cosas más, de las cuales en ocasiones no las agradezco como debo.

Ella sabe además toda la estima y aprecio que le tengo y que ella me demuestra a mí, que es muy grande, y que en muy pocas ocasiones es una de cal y otra de arena. Pero sigue siendo mi buena amiga y eso me importa más que las otras cosas, que no son nada. Yo sé muy bien en qué grado me valora y punto. Fuera malentendidos.

Mi amiga sincera y leal, siempre. Ése es el mayor regalo que me puede ofrecer.El más valioso. El que quiero. Y el que me hace más feliz en relación a ella.


Eres única.

29.11.10

Kaputt

Kaputt: en alemán, "acabado", "roto", "estropeado". Lo primero es demasiado taxativo, lo segundo quizá se acerca más y lo tercero se aproxima bastante. Sí.

Estropeado, dañado. Es triste no ser valorado correctamente. Minusvalorado. Lo cierto es que en ocasiones sí me siento valorado, pero en otras no. No siempre. Las palabras pueden ser muy bonitas pero a la vez muy huecas. Apena no ser correspondido del modo que uno se implica, no encontrar esa generosidad. Desigualdad de intercambio. Mucho dar y poco recibir, puede sonar a egoísmo, pero nunca estuve más necesitado de detalles, y lo cierto es que cansa ser siempre el dadivoso. Y es muy fácil criticarme desde el otro lado, quien no experimente lo que yo siento. Bueno...más allá de palabrerías, falsedades y apasionadas declaraciones, unas verdaderas y otras inciertas, lo cierto es que nos quedamos con los hechos. Quizá esto es lo que perdure. Pero también con los detalles. Materiales o inmateriales. Con los de verdad.

Aunque yo tengo cada vez menos fe en la gente, siento decirlo. Por eso con el paso del tiempo me he ido haciendo pesimista, ya que pienso que cuando la ostia venga, la caída será menos dura que si me invade el optimismo. De hecho ya me ha pasado unas cuantas veces y funciona.

No sé si alguna vez lo recuperaré. Estoy cansado.

24.11.10

Amor/Odio a España

Me encantan el siglo XIX y su literatura, para qué lo voy a negar. Una época trágica y dura, esperanzadora y determinante, formadora de los espíritus nacionales de buena parte de los países y del germen de las sociedades actuales. Y su literatura, cómo no: Dumas, Poe, Stevenson, Galdós, Clarín, Dostoievski, Verne, Tolstoi...toneladas de páginas de aventuras, romances, dramas, guerras y/o un profundo realismo acompañado de crítica social, cómo no. El siglo del 48.

A finales de ese siglo, en España y relacionada con el "Desastre del 98" (la verdad que vaya siglo en España, comenzando con Godoy y Fernando VII y terminando con Cuba) se halla esa generación de escritores e intelectuales que publicaron su obra por estos contradictorios años. Toda una serie de autores caracterizados por las ideas de regeneracionismo, antirrealismo, la España real y la oficial y su preferencia por Castilla, la vieja Castilla vertebradora (y causa tal vez de su desmoronamiento) de España, etc. Ya sabéis.

Yo, cada vez más siento en mi interior una extraña sensación; y es la de amor a España y odio a España. Las dos cosas a la vez. ¿Cómo algo que puedes llegar a querer tanto, puedes también vilipendiarlo? No oso compararme con nadie, y menos con Unamuno (Dios me libre) pero me duele España. Humildemente me siento (sólo por este caso) como alguno de los del 98, que siendo periféricos (Azorín era valenciano, Unamuno, Maeztu y Baroja vascos, Machado andaluz...) identificaban a Castilla con España y lo español con lo castellano, encantándoles su paisaje y sus gentes, su esencia. Ahí estaba para ellos el ser español. Pero este tema lo voy a dejar para otra entrada.

Ahora hablo de doler España, mi país. Conforme he ido teniendo uso de razón y he ido leyendo e informándome de de dónde soy, de dónde viene nuestra patria, que pasó para llegar a nuestra situación, etc, fue calando en mí el patriotismo, un patriotismo sincero y ardiente, leal pero sin caer en el chovinismo y en lo absurdo, pero patriotismo al fin y al cabo. A mí una bandera, un escudo, un himno, me inspiran una emoción y un respeto indescriptibles, por lo que significan y los siglos que han visto. Así como escuchar una canción antigua, unos versos o párrafos conocidos, un cuadro famoso o un monumento capital. O un paisaje en concreto.


España, nuestro país, tan variado y hermoso: ese mundo y la algarabía que es Andalucía, tartésica, fenicia, romana, árabe y cristiana, con Granada, Córdoba, Ronda o Baeza (mi antisevillismo da para hacer otra entrada) y cómo no, mi olvidada tierra Almería . Asturias, brava al norte, boscosa y minera, cuna de la Reconquista. Galicia, fin de la tierra conocida y del Camino, misteriosamente celta y mágica, verde y marinera. Aragón, seca, peculiar y recluida, que tan importantes hechos realizó en el pasado. Los antiguos y recios vascos, orgullosamente característicos. Así como los independientes y cabezones navarros. Los festivos y alegres valencianos, tan contradictorios pero siempre alegres de pertenecer a España. Mis murcianos, quienes muchas malas lenguas han motejado de estar en tierra de nadie y peligrosa, un reino que ni Castilla ni Aragón quiso; pues ahí siguen, felices en su huerta para amar y vivir, en la que con noble trabajo no me importaría morir. Los montañeses cántabros, finos y campechanos a la vez en sus verdes valles. Cataluña, la siempre protestona Cataluña, pero a la hora de la verdad, siempre española. La bella y dura tierra extremeña, hogar de conquistadores. Los dos archipiélagos de islas, unas mediterráneas y otras subtropicales, una muestra más de que lo español no se ciñe a la Península. Y luego está Castilla, el alma mater, la austera y ensimismada Castilla, a la que tanto le debemos y tan poco le hemos agradecido. Desde la cordillera Cantábrica a Sierra Morena, nunca un zócalo mesetario dio para tanto, e incluyo a los riojanos y madrileños. Ya sea la Vieja o la Nueva. Las tierras del Duero o La Mancha. Toledo o Salamanca. Alcaraz o Frómista. Siempre es Castilla.

Me podría pasar horas y horas enumerando ciudades, pueblos y monumentos. Seré algo más selectivo: Santiago, Lugo, Cangas de Onís, las Cuevas de Altamira, Santillana del Mar, San Sebastián, Vitoria, Logroño, Burgos, León, Valladolid, Palencia, Salamanca, Ávila, Segovia, Teruel, Albarracín, Gerona, Morella, Peñíscola, Palma, Cuenca, Toledo, El Escorial, Guadalupe, Cáceres, Úbeda, la Alpujarra, Caravaca, Murcia...por no hablar de los mil pueblos, castillos, monasterios y catedrales e iglesias...¿sigo? Monumentos naturales como el Cabo de Gata, la Sierra de Cazorla, las Médulas, el Sistema Ibérico, Ordesa, Aigües-Tortes, la Albufera, el valle del Roncal, el del Pas, los Picos de Europa, la sierra de Gredos, el cañón del Sil, la sierra de Monfragüe, Doñana, el Teide, la Costa Brava, la Costa Verde, la Costa Blanca alicantina, los Pueblos Blancos.....o la misma simple y dura estepa castellana.
Otro tanto pasa con los miles y miles de páginas de la literatura española, desde Gonzalo de Berceo a los actuales, cualquiera actual. Es imposible no sentir nada al leer a Garcilaso, a Quevedo, a Cervantes, a Fernando de Rojas, a Clarín, a Bécquer, a Valera, a Delibes, a San Juan de la Cruz, a Teresa de Jesús...o si hablamos de pintura, al contemplar a Velázquez, Ribera, Goya, Sorolla, El Greco (no español pero asimilado), Zurbarán...en fin. O al escuchar un madrigal de Juan del Encina, música sacra de Tomás de Victoria o las composiciones de Alonso, Chapí, Falla o Rodrigo. Por no hablar ya de la Historia, de la cual mejor no diré nada porque esto se alargaría demasiado, si bien hay que reconocer que hay tanto bueno como malo. O de la gastronomía y mil aspectos de la sabiduría popular.
Bien, un poco de todo eso es España. Todo eso y más, porque es nuestra tierra, y la de nuestros padres y ancestros. Quien diga que no la defiende es un necio mentiroso porque cuando la atacan, te atacan a tí mismo y a tus raíces. Y aunque no hayas nacido aquí bien puedes sentirlo, ya que España normalmente ha sido sensible a acogidas ( y a expulsiones) y ha sido siempre una tierra de tránsito.

Si entiendes a dónde voy, para tí será insuperable una escena popular o de un pueblo, una vista de un pueblo o de una ciudad, o incluso de un paisaje salvaje, ya sea con gente o sin ella (porque desde luego hay españoles que merecen la pena) con música del país o no, y eso lo sientes como tuyo. Pasear por las calles y plazas de la imperial Toledo, bañarte ante un atardecer eterno de agosto en La Isleta del Moro almeriense, tomarte una paella a la sombra del castillo del Papa Luna en Peñíscola, tocar las frías y viejas piedras de Segovia o Albarracín en invierno, perderte en el Naranco de Bulnes, contemplar el trimilenario Mediterráneo, sentarte en la incomparable Plaza de las Flores de Murcia al sol de abril , recorrer el Paseo de los Tristes en Granada, asomarte al pintoresco abismo de la inmortal Cuenca, beber agua fresca de la sierra en la Alpujarra a los pies del Mulhacén, contemplar alguna procesión de Semana Santa o cualquier festividad o costumbre popular en el lugar que sea. Tu tierra, tu lugar, tu España. Para mí lo es. Insuperable.


Luego está lo otro. Lo que puedes llegar a odiar. España, el país del colegueo,del cafelito y del enchufe, de los escasos méritos, de la feria de las vanidades, de la incultura y la ignorancia, de la envidia, del politiqueo de mercachifles,de la falsedad, de la zafiedad, del que apague la luz el último, del atraso...Un país esperpéntico, donde quienes comercian con su cuerpo (por decirlo finamente) son ascendidos a la categoría de dioses populares. El país de la telebasura, del leer para qué, del mínimo respeto, del oscurantismo y del insulto. Del griterío y de lo impropio.
He enumerado antes un buen número de lugares. Pero ves las calles sucias y llenas de mierda, las paredes destrozadas,los jardines mal cuidados, el patrimonio descompuesto y marginado, y se te cae el alma a los pies. El español es guarro. Buena parte de sus gentes son jaraneras, escandalosas, despiadadas, ignorantes y zafias, con un mínimo interés por la cultura y por todo lo que le rodea (no hablo sólo de cultura) y cuyo máximo fin es mirar el Hola, ver a la Esteban, ponerse el bikini en verano, tomarse unos cubatas, comprarse un i-pod, meterse un pico, pillarse un coche o hacerse una operación de cirugía estética. A todo lo demás que le den. Si todo ello lo puede conseguir con la ley del mínimo esfuerzo y máximo demérito, mucho mejor. Si puede pegar un buen pelotazo/braguetazo, óptimo. La verdadera dignidad, por los suelos. Si a los tipejos los encumbramos como modelos a seguir, mal vamos. Gentuza cobrando exclusivas de polvos, palizas o infidelidades. O un tipo que juega al fútbol dos veces por semana cobrando millones por hora, cuando no se mete en la televisión o en la publicidad, o el político que se escaquea del Parlamento, mientras hay mucha gente en el paro o que trabaja pero que no se puede permitir muchas cosas.O gente preparada de verdad que no encuentra su trabajo. Desde luego, un país donde el periodismo del corazón mueve tanto dinero y le interesa a tanta gente no puede estar sano. La trascendencia de estos personajillos dice mucho del nivel y de la enfermedad de la sociedad.

Por no hablar de la casta política que nos gobierna. Hablo de los de todos los partidos, por supuesto. Un país donde muchos políticos entran en esa vida a los 23 años, al poco de acabar la carrera (si es que la hacen) y con escasos o nulos méritos, que cobran una millonada (porque son auténticas barbaridades) al mes y que con el único mérito de la militancia del borrego, pueden acabar de ministros de Igualdad, de Sanidad o de Exteriores , presidentes del Gobierno o de cualquier Junta o algún otro cargo simbólico (ya sea en Madrid o en alguna autonomía, que ésa es otra: las autonomías) donde hacen carrera a base de eufemismos y de escurrir el bulto, pues tampoco debe estar muy sano. Máxime si es una verdadera casta de intocables, corruptible en ocasiones y que tras su jubilación siguen gozando de un sueldo como si siguieran en activo. Como si su vida de político, a base de dietas,reuniones con altas personalidades, comilonas, coches oficiales y últimas tecnologías fuera la de cualquier currante medio. Individuos sin otro fin que el de llenarse la cartera, que rajan del Estado pero luego cobran de él. Políticos que se pasan por el forro la Constitución, la obvian y critican, pero luego se amparan en ella. Políticos que no tienen ni puta idea de nada pero que te exigen a tí que sepas idiomas y te prepares en masters. La casta política.

Un país donde el dinero, en vez de destinarlo de verdad a las políticas sociales, a la restauración de patrimonio, a la protección de animales, a la rehabilitación de la costa o la creación de infraestructuras buenas de verdad, cuando no a una verdadera educación y formación desde la cuna, es destinado en su mayor parte para gozo de los politicastros y gerifaltes de la empresa , para ellos mismos o para pagar a la estrella rutilante de turno, ya sea del deporte o del asqueroso corazón...pues así vamos. Al resto de gente que le vayan dando. Por no hablar de la lentitud de la Justicia y otros temas más espinosos.

Un país donde se destrozan costas y parajes naturales, para la construcción de hoteles y casas para pegar el pelotazo y hacer fiestas y saraos...mientras el patrimonio cultural se cae a pedazos, languidece y permanece marginado, y la gente crece con el único objetivo de trepar como sea, a la vez que se prefiere otro tipo de cultura, ya que al culto o al interesado se le margina, porque el estereotipo de triunfador no casa con esto, y el que está mejor considerado socialmente es otro. Donde los que se preparan o trabajan duro no llegan a nada. Donde se lleva el gato al agua quien mejor enchufe tenga, y si hablamos a niveles más altos, quien venda su dignidad al mejor postor.
Y las calles, las plazas, los espacios públicos a todo esto, insisto con ello, siguen llenas de desperdicios (claro que también tiene que ver la educación del español, desde luego). Pocas cosas hay que más me depriman que llegar a una ciudad o población nueva, fascinarme por ella pero a la vez darme cuenta de lo descuidada que está, en todos los sentidos. Depresión que se da en el lugar que ya conozco, sea cual sea.

Un país que reniega de lo que ha sido, que desprecia no sólo su cultura sino también su identidad y su ser, y que se presta a toda influencia foránea que se precie. Que olvida su interior y su espiritualidad, vilipendiándola, pero que se entrega a las nuevas religiones y concepciones ajenas a lo nuestro. Y que no hace, en definitiva, nada. Mal vamos.

Claro que quiero a España. Mucho. Y nunca la dejaré de lado. Pero de verdad que muchas veces me dan ganas de dejarlo todo e irme lejos. Muy lejos. Donde no haya ese tipo de españoles ni rastro de España. ¿Dónde queda eso?.

Suspiros de España, para lo bueno y lo malo.

22.11.10

Seré breve

"La confianza es el craso error que cometen dos personas, cuando creen que se conocen" (Anónimo).
Yo diría que ese error lo puede cometer una solamente.

Vaya un patinazo.

18.11.10

25

Pues sí, hoy cumplo tan redonda (y de tan sonora rima) edad. De hecho a estas horas en las que escribo, estaba ya a punto, pero de verdad a punto, de salir al mundo y de llorar por primera vez tras recibir la primera ostia de la vida. Tantas habrían de venir luego...

Pero no os creáis, queridos lectores (y lectoras, lo siento, Bibiana, que aunque ya no seas ministra, hay que seguir siendo correcto) , que estoy de bajón y/o voy a hacer una entrada tristona-sentimentaloide-lacrimosa-vejestoria-egocéntrica-repasando mi vida. No. De hecho estoy bastante bien, me encuentro bastante bien. Viejo del todo, como dice mi amiga, pero bien.

No voy a decir completamente feliz porque sería mentir descaradamente como un bellaco. Tampoco voy a exponer aquí los motivos que explican esa falta de total felicidad. Tengo mucho respeto por mi escasa (dicho sin acritud) y fiel audiencia, desde luego.

Lo cierto es que hace ya 25 años que nací en Almería, y, con todo lo que ha pasado, con todo lo que he disfrutado, padecido, aprendido, llorado, experimentado,enfermado,recorrido ...en fin, con todo lo que ha llovido y todo lo que ha pasado desde esa madrugada de otoño de 1985, aquí sigo. Aquí estoy y no puedo hacer otra cosa que darle las gracias sinceras a toda aquella gente que me ha ayudado a sobrevivir, que me ha modelado,que me ha recriminado, que me ha querido, que me ha soportado, en fin, que me ha acompañado en esta vida que puede ser tan cruel y odiosa. Comenzando por mi madre, cómo no, siguiendo por el resto de mi familia más inmediata (padre y hermano) y finalizando en todos aquellos amigos (y amigas, pocas pero especiales, no me pillas, Bibiana) que alguna vez lo fueron o lo siguen siendo actualmente.

En serio, muchas gracias a todos. A todos. Yo lo hice lo mejor que pude.

Aquí estaré.

13.11.10

Barry Lyndon


"Barry Lyndon es como ir al museo del Prado sin haber comido" (Steven Spielberg)



El otro día pusieron, ya muy tarde, Barry Lyndon en esa nueva cadena por obra y gracia de la TDT que es La Sexta 3 (y en la que por cierto ponen buenas series y películas). Me gustaría haberla visto, por enésima vez, pero las horas eran ya de agradable cama. La habré visto unas cinco veces en dos años y medio y eso que dura 183 minutillos. Es lo que tienen las películas favoritas.

Barry Lyndon (1975) es la décima del gran Stanley Kubrick, entre La Naranja Mecánica y El resplandor. Responde al frustrado intento del director de rodar algo relacionado con Napoleón. Está basada en la novela de William Makepeace Thackeray La suerte de Barry Lyndon. Romance del siglo pasado (he de decir que es uno de esos extraños casos en que el libro es inferior a la peli), y trata sobre un advenedizo irlandés, una especie de pícaro del XVIII que intenta medrar y sacar siempre la mayor ventaja como sea. El retrato que se hace en la película es más positivo que el del libro, desde luego.


(Advertencia: spoilers a saco)

Redmond Barry vive en Irlanda, privado pronto de su padre, con su madre y bajo la influencia y protección de su tío. Enamorado por primera vez de su prima Nora, el cortejo que de ésta realiza un capitán inglés, John Quin, motiva el enfado del muchacho y tras varios desplantes, se enfrentan en duelo a pistola. La muerte de Quin provoca que Redmond tenga que dejar su casa y huir a Dublín. Por el camino empieza a darse cuenta de lo que es la vida, como cuando unos asaltadores de caminos lo desnudan prácticamente, o cuando se enrola en el ejército británico y experimenta la existencia militar. En el campamento se entera, por el capitán Crogan (que actuó de testigo en su duelo) que la muerte de Quin fue un engaño para que Barry dejara de incordiar y se pudiese celebrar la boda entre Nora y el inglés. Amaño perpetrado por la familia de la prima ya que el capitán Quin iba a aportar una cuantiosa renta. Dado que eran tiempos de guerra, pronto deja la isla en dirección Europa para participar en el conflicto de los Siete Años entre 1756 y 1763. Allí puede ver en primer plano las miserias de la guerra. Muerto Crogan y hastiado de la vida en el ejército, surge la posibilidad de desertar y se hace pasar por otra persona, hasta que topa con el Capitán Potzdorf, prusiano, quien se da cuenta del embuste y le hace elegir entre la horca o el alistamiento en su ejército. Barry opta por lo segundo y allí convive con gentes de la peor calaña, continuando con su formación. Acabada la guerra, Potzdorf, encantado con su pupilo, le introduce en la Policía Secreta de Berlín. Su primer trabajo es seguir a un conocido libertino jugador del que se sospecha que es espía, el Chevalier du Balibari, irlandés como él (en el libro es su tío). Redmond , conmovido al ver a un compatriota, confiesa desde el principio su cometido, por lo que se acoge a él y pasa a la policía información de escasa importancia. Cuando las circunstancias le son propicias, ambos abandonan Prusia y recorren las decadentes cortes de toda Europa ganándose la vida como expertos jugadores de cartas. En Bélgica, Redmond, al que ya le rondaba por la cabeza la idea de casarse, (pero casarse, más que por amor, por medro y por dinero) conoce a Lady Lyndon, una riquísima dama casada con un decrépito noble a punto de entregar la cuchara. El cortejo es rápido y al poco de fallecer el Lord, Redmond se casa con Lady Lyndon, llamándose de ahora en adelante Barry Lyndon y alcanzando el punto máximo de la prosperidad, pasando de vivir en el campo o a ir de ciudad en ciudad, a residir en su propio palacio. Enseguida se dará a la buena vida y a las infidelidades, que su melancólica esposa soportará. Otra cosa son los problemas que tendrá Barry con el hijo de Lady Lyndon, Lord Bullingdon, que nunca consentirá al irlandés y que provocará un conflicto que alejará a Barry de su objetivo de obtener un título, ya que sus amigos le dejarán a un lado. O la trágica muerte del hijo del nuevo matrimonio, Brian, en un desgraciado accidente de caballo, que sumirá al protagonista en un infierno de alcoholismo y en la certeza de que no llegará a nada, ya que ni tiene título ni heredero, y que quien recibirá la fortuna será Bullingdon. Efectivamente eso pasa, y tras un último duelo entre éste y un cincuentón Barry (pese a que Barry le perdona la vida cuando puede matarlo), el protagonista pierde la pierna y es expulsado del lado de Lady Lyndon por Bullingdon y su camarilla, volviendo como estaba al principio: con su madre.






Ya desde los títulos de crédito, desde el comienzo, sabes que te encuentras ante una película peculiar, diferente, de las que ya no se hacen. Especial. Cuando suena la Sarabande de Haëndel y aparecen los nombres de los actores, el título y un párrafo introductorio, y ves la primera imagen: una escena de duelo, en el campo, desde lejos. Una obra pictórica. Kubrick contó con tecnología de la NASA (cámaras que se usaron cuando se llegó a la Luna, y que ya se vieron en 2001: Una Odisea del Espacio) en sus cámaras, provistas de unas poderosas lentes que permitían enormes zooms - de atrás hacia adelante, o viceversa, comenzando en un detalle de la ropa y culminando cuarenta metros después, lentamente, por ejemplo, como en los momentos anteriores al duelo final entre Barry y Bullingdon- transiciones (travellings, que dicen los expertos) o poder rodar con luz natural. Ésa es una de las grandes virtudes de la película, ya que es de las más naturales que se han rodado nunca; en las escenas de exteriores, bastaba con la luz del sol, y en las interiores, si era de noche, con velas, lo que le da a las imágenes de Barry Lyndon una belleza inimitable, (la fotografía se llevó el Oscar) con unos claroscuros y unas vistas teatrales, y en la mayoría de ocasiones parezca que estamos ante un cuadro en el museo, o en la escena misma, en su tiempo, tocando el siglo XVIII.
Por no hablar del vestuario, por supuesto, lujoso, cuidado y variado, que también se llevó el Oscar. O la ambientación, en palacios de época y hermosos paisajes naturales de Alemania o Irlanda (se rodó hacia 1973, cuando el conflicto del IRA aún estaba latente, por lo que las escenas de militares británicos tocando The British Grenadiers fueron bastante conflictivas y los terroristas llegaron a amenazar a Kubrick y a su familia), ya fueran bosques, landas o prados.
El guión es igualmente destacable, si bien no abundan los diálogos precisamente. En buena parte de las escenas basta con gestos, miradas, lentos movimientos y, si se tercia, alguna frase, todo ello aderezado, claro está, con la música y los maravillosos escenarios. Como se ha dicho por ahí en ocasiones parece una película de cine mudo. El narrador además, es en tercera persona, no como el libro que es contado como unas memorias siendo el mismo Barry quien las cuenta.

Otra cosa son las interpretaciones. De Barry hace Ryan O´Neal, estadounidense, ídolo juvenil en su tiempo y que en bastantes ocasiones luce inexpresivo (encima en España lo doblaron con poca gracia. Supongo que en versión original debe ganar bastante). Fue impuesto por la productora y Kubrick prefería a Robert Redford. El Barry del libro es mucho más cínico, canalla y pícaro. En la película es más inocente y frágil. Eso no impide que vaya cambiando, y si al principio era un joven enamorado y decidido por la fidelidad, luego se transforma en un mujeriego infiel e interesado. Con todo, con su mirada puede decirlo a veces todo, ya sea alegría, tristeza o ira, y ves cómo se va agriando su mirada con el paso de los años y perdiendo la inocencia. En el fondo te compadeces un poco de él, ya que no deja de ser un desarrapado, huérfano muy pronto y que no deja de buscar la figura paterna: su tío, Crogan, Balibari...y que encima pierde a su único hijo muy pronto. La escena del lecho de muerte, suplicando a sus padres que se quieran y no se peleen, tras haber escuchado por última vez la historia que le contaba Barry, es impagable.
Marisa Berenson interpreta a Lady Lyndon. El personaje es silencioso, melancólico, triste, estoico. Baste recordar la escena en la que Barry le echa el humo de la pipa cuando le dice, en el coche, que no fume, o cuando está sola en la bañera. Es una mujer a la que quieren por su dinero los hombres, y que únicamente cuenta con el apoyo del reverendo y de su hijo (de ella) el vizconde Bullingdon, especialmente de éste. El hijo es un personaje envidioso, pero también humillado y que buscaba el bien de su madre. Su único propósito será el fin de Barry. Luego tenemos toda una galería de secundarios, como Balibari, Potzdorf, Quin, Crogan,Bullingdon, Runt, la madre de Barry, etc...bien interpretados. Claro que, sabiendo como era el tiránico Kubrick, cualquiera iba a actuar mal.

La música es el otro gran punto fuerte de la película. Kubrick tampoco se iba a descuidar en un aspecto que le gustaba supervisar. La banda sonora consiste en una serie de composiciones, del siglo XVIII en su mayoría, de Bach, Mozart, Vivaldi, Federico de Prusia...adaptadas por Leonard Rosenman quien se llevó el Oscar. Si ya de por sí la imagen no fuera suficiente, aportan más emoción y tragedia todavía. Destacan tres melodías:
-Women of Ireland: muy conocida, es una preciosa canción popular irlandesa interpretada por The Chieftains. Nos introduce en la historias de amor de Barry antes del matrimonio, como con su prima Nora o la campesina alemana en la guerra. A mí me encanta, desde luego.
-Piano Trio, de Schubert. Es una triste y bucólica composición para piano, muy hermosa también. Tiene relación con Lady Lyndon y pega totalmente. Es la que se escucha en la preciosa escena de enamoramiento entre la pareja, primero a la luz de las velas y luego en la terraza, y en la que no hace falta decir ninguna palabra entre ambos.
-Sarabande, de Haëndel, muy conocida también. Podría decirse que es el tema principal de la película. Sus bombos y cuerdas nos introducen en ella, y la escuchamos en los momentos que marcan la vida de Barry, como el duelo del principio, con Quin en Irlanda y el del final, con Bullingdon en un establo (en ambas la atmósfera de tensión es muy palpable, sobre todo en el segundo, memorable) o en la muerte de Brian, primero tenuemente y luego como un estruendo en el funeral. Ése es para mí el momentazo de la película: el funeral de Brian. Un carrito tirado por ovejas (que minutos antes salía en su cumpleaños) contiene su féretro, seguido por el cortejo fúnebre, todos vestidos de negro,y el reverendo ora, mientras suena la Sarabande a más no poder. Impresiona, la verdad. Ese tipo de escenas ya no se hacen.

Pese a todo, la película fue un inesperado fracaso de taquilla (el público de blockbuster no suele decantarse por visionados lentos y/o peculiares) y de parte de la crítica por lo que injustamente una de las obras menos valoradas del director.


La azarosa y triste vida de un Don Nadie en la decadente Europa del XVIII. Un frustrado ascenso social provisto de una crítica a esa sociedad. Pese a que es muy larga y eso echa para atrás a mucha gente, (¡las mejores películas son largas!) y el doblaje deja un poco que desear, una de mis películas favoritas. Deberíais verla si no la habéis visto.
Un 10.

"Fue durante el reinado de Jorge III que los personajes mencionados vivieron y lucharon. Buenos o malos, hermosos o feos, ricos o pobres, todos son ahora iguales".

8.11.10

Solo

"La soledad es el imperio de la conciencia" . Gustavo Adolfo Bécquer.

"Soledad: un momento de plenitud". Michel de Montaigne.

"Los que odian la soledad, sólo se odian a sí mismos". Anónimo.


Sí y no. No siempre, desde luego. Malditos Bécquer y Montaigne. Lo cierto es que "estoy solo y no hay nadie en el espejo". (Borges)


Un año (como mínimo) duro.


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28.10.10

La magdalena de Proust

No me he leído jamás nada de Proust. Por mucho que los siete libracos de su En busca del tiempo perdido sean considerados como una de las cumbres de la literatura francesa (y por tanto universal, teniendo en cuenta cómo son los franceses) no me han atraído nunca lo más mínimo los pensamientos, recuerdos y vivencias del tal Marcel Proust (fallecido en 1922), un sensible burgués bien acaudalado (como tantos en la época), dominado por la decadencia y el pesimismo, asmático y para mayor desgracia suya, homosexual. Hablamos del puritano final del siglo XIX-principios del XX. Pero dejemos sus tochos.

Lo (único) que me interesa de Proust es su famosa magdalena, usada como recurso para recordar y para despertar los sentidos, y de la cual sé al leerme los artículos de opinión de los periódicos, algo que nunca paso por alto. A saber, cuando nuestro Marcel moja una magdalena en una taza de té, y se percata de cómo es exactamente esa magdalena, a su mente vienen entonces los recuerdos de su infancia y juventud, ya que comía magdalenas de ese tipo en la casa de su tía. Se transporta automáticamente pues a una especie de Arcadia Feliz cada vez que come una magdalena de esas. En realidad, el concepto filosófico-sentimental-mental del bizcocho es mucho más enrevesado y elaborado en las novelas, pero a mí, que ni me van ni me vienen tales deliberaciones, y que no soy tan rayado como Proust (creo) me gusta quedarme con un concepto más simple: Cada vez que veo, escucho, huelo o siento algo muy en concreto, me acuerdo de ciertas cosas, me transporto.

Me explico: de un tiempo a esta parte, he ido notando cómo al escuchar canciones en concreto, al percibir un aroma o dos, al ver una u otra prenda de vestir, u otro objeto, mi mente viaja hasta un momento en particular, o una época, o incluso una persona en concreto. Con las fotografías es mucho más fácil, pero yo casi siento más esa sensación en las situaciones que digo.

Para mí, reconocer un perfume, me recuerda a personas en concreto (a una a veces) y lo evoco con alegría y algo de melancolía si ya no tengo a esa persona a mi lado, o si está, pero lejos. Si por ejemplo me lo echo yo, puedo rememorar noches y noches de juerga. Otros tiempos. U otro que usaba en 2º curso. Como también al ver prendas de vestir en concreto, que me evocan otros momentos de mi vida pasada y que ya no van a volver. Unos felices, otros tristes. El olor de algunos alimentos me retrotrae a la niñez, por ejemplo. O al pasar las páginas de ciertos libros. Y al escuchar determinadas canciones, que me recuerdan tanto a personas en concreto, como a grupos de gente, o ya sean momentos o épocas de mi vida...Puede parecer una tontería, pero en todas estas situaciones mi mente se abstrae unos instantes al evocar todo esto. No llego a las decadencias del amigo Proust, pero para mí es inevitable.

Ir por la calle atestada de gente anónima y apresurada, y reconocer en un clandestino soplo de aire un perfume femenino, me hace evocar a una buena amistad, por ejemplo. En nuestros paseos o ratos. Así, me transporto. Dejo esa calle durante unos momentos. Si es una fragancia masculina, lo dicho, a alguna noche interminable que podía ser de triunfo o no. O a años anteriores en concreto, como mis épocas repetidoras de instituto o los felicísimos 1º y 2º de carrera. Si en una sala de espera o en una situación silenciosa y aburrida, mis oídos escuchan una canción determinada, mi mente me transporta a un momento más alegre (o no) entretenida e imperecedera. El sabor de alguna bebida y el regusto en la garganta, a ratos con los colegas. Al encontrar una prenda de vestir ajada y que me pongo menos o ya ni me pongo, evoco las épocas y momentos en las que iba con ella y algo memorable sucedió. Si como un alimento o me percato de su aroma, es posible que recuerde los momentos con mi abuelo, por ejemplo. Y así. Me evado. Pasados esos momentos, mi mente vuelve a la situación de antes de la magdalena. A la vida real y actual.


Vivan las magdalenas. Y siento haberme puesto tan insoportablemente pedante-proustiano.

20.10.10

Cuando no hay sueño

Cuando las luces se han apagado, el silencio se impone entre las paredes y la vida cesa en la casa, es mi momento de reflexión para conmigo. Mis reflexiones in tenebris, tumbado boca arriba y con la única compañía de mi respiración (o también de las aspas del ventilador si es verano, que en las noches toledanas ebrio de calor se me antojan guadañas) como último ritual antes de descansar el cuerpo y la mente. Especialmente la mente.

Así, cavilo con la vista mirando a la nada, a la oscuridad que en ocasiones no es tremenda oscuridad ya que se pueden llegar a ver imágenes de nuestra mente con cierta nitidez. O figuras más borrosas y menos reconocibles. Cosas de las tinieblas, ya que no somos gatos, o de la fase REM. O cosas de comerse mucho la cabeza.

Suele ser un repaso al día, o a algo en concreto del día, y en ocasiones se convierte en una remembranza de hechos pasados o acontecimientos vividos. Tanto buenos como malos. No hace falta decir que éstos, y más viniendo de una persona como yo, son los que me entretienen por más tiempo.

¿Dónde estoy, cómo estoy, y a dónde voy? ¿He empleado bien los últimos cinco años? ¿Soy tan solitario en ocasiones? ¿He madurado algo? ¿Puedo importarle tanto realmente a alguien? ¿Y enamorar? ¿Qué merezco? ¿Soy frío? ¿Este mundo es para mí?¿Qué voy a ser?...Pasado, presente y futuro...especialmente melancólico de hechos pasados. Cierro los ojos.

Rememoro el pasado con frecuencia. Eso no significa que considere al presente como algo abominable y una época desgraciada en comparación con el feliz pasado. Simplemente no me gusta olvidar lo pasado. Épocas buenas he tenido siempre, antes y ahora. Flashbacks cruzan mi mente en una rápida sucesión...Cuántas veces he deseado poder volver a tal o cual momento, para experimentarlo felizmente de nuevo, o para actuar de otro modo... Salen a la luz personas que han pasado por mi vida de 25 años y que ya no van a volver o difícilmente lo harán. Personas a las que echo de menos, unas siguen estando cerca, otras no. Personas a las que quiero y necesito. Abro los ojos. Sombras y completa oscuridad. Respiración.

Entre los crujidos del colchón y el fino tacto de la sábana, mirando a la nada, se me vienen a la cabeza los pensamientos, en ocasiones se repiten incesantemente. Como lo que pudo ser y no fue. ¿Realmente fue así, memo? ¿Merece que te comas tanto la cabeza? ¿No pudo ser que jugara cruelmente contigo y nunca hubo tal posibilidad? No sé, ¿qué hubiera pasado si...?... Imbécil, duérmete ya y no caviles más. O si hubiera tenido más cabeza y me hubiera dado cuenta antes. Nada de lo de ahora hace dos años hubiera pasado; pues no sé, la vida es a veces muy perra. Pero sin duda no hubieras tenido tantas papeletas. O ¿qué voy a hacer con mi vida? ¿Ni puta idea, verdad? Qué, ¿te gustaría irte fuera, a Alemania o Escocia, verdad? Céntrate y aprende idiomas y trabaja antes, tolili. Búscate un trabajo primero. O ya, lo último de lo último...dejarlo todo y “retirarme” a los 30 y pico a una zona despoblada y aislada, con la única compañía de poca gente, viejas piedras, árboles, rocas abismales y frío continental. Uno o dos perros y libros. Muchos libros. Un pequeño remanso de paz, para mí. (hablo por supuesto de Albarracín) ...cosas así. Yo soy así.


Sólo cuando la vista cansada me obliga a ir plegando las pestañas, mirando ahora de verdad a la nada y al vacío, me siento con fuerzas para abandonarme a la causa del sueño, cuando sé de verdad que ya los pensamientos, remordimientos, anhelos y esperanzas no me atacarán más, al menos por esa noche. Hasta mañana.



14.10.10

Hispanidad


Ayer fue 12 de octubre. Día de la Hispanidad. Anteriormente Día de la Raza (el cual, pese a sus resonancias franquistas y de brazo en alto, no fue implantado por el Centinela de Occidente, sino por el gobierno Maura en 1918,
reinando Alfonso XIII), nombre por el cual se sigue conociendo en bastantes países digamos hispanoamericanos. Aquí en España ya se había procedido a cambiar de Raza a Hispanidad en 1958 aunque no se hizo efectivo hasta el año 1981. Resumiendo: 12 de octubre, aniversario de la llegada de Cristoforo Colombo a ese continente mal llamado América, es día de fiesta nacional en España (ya que también es el día de la Virgen del Pilar) y en otros países como Colombia, El Salvador, Honduras o Uruguay. Aunque cambie el nombre, ya que para los estadounidenses es el Columbus Day, y para los venezolanos el Día de la Resistencia Indígena. (sic)


En España hace tiempo que dejó de ser una celebración puramente de conmemoración y alegría por las proezas realizadas y por los acontecimientos recordados, principalmente por lo sandios que son todos, empezando por políticos e intelectuales, especialistas en avergonzarse de lo realizado, renegar de lo que fuimos y mantener dudas de lo que vamos a ser. A rebufo de los fastos de 1992, con el V Centenario y demás, se impusieron los conceptos de Encuentro, incluso Abrazo entre las distintas culturas que se trataron desde aquel mágico año de 1492. Nada más lejos de la realidad, desde luego. Nadie fue a América a darse un beso con el cacique o reyezuelo de turno, pero es que ni los indios vivían en armonía y paz, ni esperaban con los brazos abiertos a los sudorosos hidalgos. Pero tampoco iban los españoles a masacrar indio por indio y a provocar un genocidio. En fin, que dichos conceptos de Encuentro y tal, se debe a la moda imperante por el multiculturalismo dominante desde entonces. El buenismo.


Buenismo al que es muy aficionado nuestro presidente Rodriguez. Presidente al que, una vez más, y ya van cinco o seis años, han abucheado sin misericordia los airados ciudadanos hartos de su discutible gestión. Desde luego no voy a defender yo a Zapatero pero algo de cierto hay en que deberían usar otro medio para expresar su oposición. Es verdad que son contadas las ocasiones en las que tienen al presidente tan cerca físicamente, y la libertad de expresión se lo permite, pero un acto como es el de homenaje a los Caídos en Combate por España no parece el mejor foro. Bien es cierto que el mismo Zapatero y otros muchos políticos los cuales ahora se quejan y propugnan medidas en contra de tales abucheos, no hacen nada ni se manifiestan siquiera cuando individuos secesionistas queman banderas de España. ¿No?


Fiesta Nacional, como digo. Aquí vuelven a salir los chacales de siempre, quienes son inefablemente los nacionalistas catalanes, como el portavoz de ERC, Ignasi Llorente, quien dijo que "El Día de la Hispanidad es una cosa que ha quedado absolutamente anticuada, y, además, celebrar el recuerdo de un genocidio no es algo de lo que tenga que sentirse orgulloso ningún país". Manda huevos. Si 35 países en un continente de unos 42 millones de kilómetros cuadrados, con una población de 950 millones de habitantes (y unos 600 producto de inmigrantes de todo el orbe) la mayor parte de ellos mestizos o medio indígenas, son producto de un genocidio, que venga Dios y lo vea. Por no hablar del patrimonio arquitectónico. Claro que a los radicales como este resulta difícil meterlos en vereda, ya que su odio a Castilla/España es incesante y nunca disminuye, y al fin y al cabo, América es una obra castellana. Ello no impidió se beneficiaran de ella españoles de todas las regiones, como el caso de los catalanes, lucrándose con el comercio. La pela es la pela, una vez más.


El Día de la Hispanidad ha sido y es fundamentalmente la fiesta del español, del idioma español. Hablado por unos 500 millones de personas lo que la convierte en el segundo del mundo tras el chino. Consecuencia del Descubrimiento, que no Encuentro, del continente americano para el resto del mundo llevado a cabo por españoles, castellanos sobre todo. Idioma profusamente hablado y que ha sido y es muy poderoso culturalmente hablando, pongamos música, pintura o literatura.


Cristóbal Colón , un personaje tan enigmático y misterioso del cual no se conoce ni su lugar de nacimiento, es el hombre quien tiene el honor de la autoría de tal hecho. Siendo honestos América debería llamarse Colombia. Américo Vespuccio navegó por el Caribe y el Brasil cuando el descubrimiento estaba ya hecho. Dejando de lado que los vikingos llegaron antes (año 1000) a lo que hoy es Terranova y Quebec (pero lo cierto es que llegaron, se establecieron levemente un tiempo y no volvieron), y que Colón bien pudo basarse en relatos de náufragos que había conocido en las Azores, así como en el misterioso mapa de Toscanelli, lo cierto es que fue el único, el adelantado en su tiempo, que tuvo los arrestos suficientes para adentrarse en el Verde Mar de las Tinieblas, tras convencer a los inteligentes Reyes Católicos del éxito de su empresa (que no era otra que encontrar una ruta rápida hacia las Indias -Asia-, vamos), quienes, siendo honestos, ¿qué iban a pensar de aquel loco misterioso del cual apenas sabían nada?, y realizarla.


Hace 518 años Rodrigo de Triana avistaba ¡¡Tierra!! (actual isla de Guanahaní, en su momento se le puso por motivos obvios San Salvador), tras un penoso viaje en tres verdaderas cáscaras de nuez iniciado dos meses atrás. No imaginaban lo que acababan de hacer ni el alcance que iba a tener. Lo que estaba por llegar...


4.10.10

Sobre la imposibilidad de contentar a todo el mundo

Una verdad como un templo. Resulta a todas luces imposible. Qué mas quisiera yo poder dividirme para estar con toda la gente importante a la vez, pero aún no se ha inventado una máquina capaz de tal proeza.


Digo todo esto al volver de un “día de convivencia” con los amigos del colegio y del instituto (a decir verdad, del colegio apenas hay dos, el resto los conocí en el Baquero, ese instituto lindando con la vía del tren en el Barrio del Carmen, aquel que fue mi barrio durante tanto tiempo). Amigos con los que he pasado ratos entrañables y compartido muy buenos momentos, en los años de hierro del bachillerato, cuando cateaba más que aprobaba. Tardes en las casas, noches de Zig-Zag, mañanas de clase, viajes a la playao al campo...Amigos con los que he perdido un tanto el contacto y algo la confianza, más bien por deméritos míos, cuestión que me entristece, ya que no puedo ni tengo que reprocharles nada. Amigos con los que, ahora que me vuelvo de nuevo, quisiera seguir manteniendo el contacto, paradójicamente. Paradójicamente porque especialmente los últimos dos años ese contacto ha ido disminuyendo y disminuyendo. En fin.


Digo que se ha debido a deméritos míos. Muy posiblemente. Los amigos siguen estando ahí, pero, en algún momento, decides concederle la preferencia a otro u otros grupos de amigos. Nadie sustituye a nadie, pero al elegir una pandilla u otra, irremediablemente la distancia se va abriendo paso. ¿Cuándo me decanto por tal o cual? No lo sé. Pero vuelvo a repetir, no se puede estar con todos a la vez. Quizá lo conveniente hubiera sido ir alternando, pero eso no es tan fácil como parece. Con tales procederes lo que se acaba logrando es nada, al haber momentos que no puedes estar con tal porque ya confirmabas con cual. No sé. Creo que elegí el camino fácil pero a la vez el que me alejaba de ellos, al decantarme claramente por un solo grupo. Yo siempre he sido de pocos amigos (en el sentido de que considero amigo a un número reducido de gente) y me gusta así. No soy partidario de ir ampliando, pero tampoco me gusta ir perdiendo. La verdad que lo siento muy mucho.


Ojalá me pudiera dividir en dos o tres para así contentar a todo el mundo. Todo esto se podría interpretar como el de un perro que vuelve con el rabo entre las piernas, buscando algo. Que se interprete como quiera. Pero asumo mi culpa, desde luego. Yo lo tengo claro y desde luego que me gustaría seguir compartiendo ratos, alegrías y momentos difíciles. Que sea posible ya es otra cosa. Pero es lo que querría.

28.9.10

El río pasa, pasa:
nunca cesa.

El viento pasa, pasa:
nunca cesa.

La vida pasa;
nunca regresa.


Poema otomí de Tlaxcala, Antiguo México


25.9.10

A mi amiga, que ha aprobado

A una de mis amigas (tengo pocas amigas, y me parece realmente bien).


Por ti.



Mi amiga es una persona especial para mí, y ella lo sabe. Por muchos motivos. Parece que la estoy viendo todavía, aquella tarde de septiembre de 2005, cuando nos conocimos. Todo lo que estaba por llegar... Bueno, desde el comienzo de la andadura de este tenebroso blog ha estado leyéndolo, dándome su sincera opinión ya fuera positiva o negativa. Ella es así. Y que menos que acordarme de ella ahora que ha conseguido aprobar el último fleco que le quedaba para terminar la carrera, y poder comenzar unas oposiciones en Murcia, lo más deseado por ella, desde luego. Principalmente por su pareja, evidentemente. Enhorabuena campeona. Te lo mereces mil veces.


Mi amiga es guapa. Muy guapa. Aunque más aún en su interior. He conocido pocas personas tan sinceras, directas,risueñas, cálidas, agradables y buenas, y con la que merezca tanto la pena hablar y pasarse las horas muertas hablando y/o riendo. Y que te contagien su alegría y su sentido del humor. Y sus ganas de vivir. Muchas gracias por todo.


Mi amiga tiene virtudes, claro. Y cosas inexplicables como que me aguante y me trague, con mis cosas y mis reservas, y me considere su amigo. Y que tenga un hueco para mí, a pesar de otras obligaciones que tiene. No se explica. Tiene virtudes. Aunque también puede ser muy suya conmigo, pero es normal, somos como somos. Y la acepto como es.


Con mi amiga se puede hablar de todo, en casi cualquier situación, y casi siempre con la risa por delante. Tenemos un particular sentido del humor que a veces compartimos. Por eso se pasan los ratos tan rápidamente en ocasiones. Eso no quita cuando se preocupa por mí, o tenemos conversaciones de cariz más serio. De todo hay en una amistad. Y me gusta preocuparme por mi amiga. Y cuidarla. Y defenderle aunque a ella no le guste. Tal vez a veces me pase de protector, pero es lo que siento. Es lo que hay.


Con mi amiga he pasado grandes momentos en estos cinco años. Cinco años muy juntos. Es a todas luces imposible condensarlos en una entrada de blog. Aparte, no es ese mi propósito. Lo de los grandes momentos lo sabemos los dos muy bien así que no hace falta que lo ponga por escrito. Pero desde luego, una vez más , muchas gracias por todo. La verdad es que sobran las palabras. Espero no haberte fallado nunca, o al menos muy poco.


Mi amiga siempre ha estado ahí, cuando la he necesitado, y cuando yo no he dicho nada se ha dado cuenta porque me conoce. Ha estado para decirme cosas buenas y para recriminarme cosas malas, como cuando yo andaba con el cerebro empapado en ron. Ambos sabemos que el año pasado fue nuestra crisis, y que estuvimos a punto de alejarnos para siempre. Pero como casi todo tiene arreglo, este año ha sido el de la recuperación (esto si es una recuperación y no la del Plan E) y pese a que ahora nos distanciemos geográficamente, no hay motivo alguno para la incertidumbre.


Voy a echar mucho de menos a mi amiga.


Lo sabes.

18.9.10

De Los Tudor, de España y la Leyenda Negra

Finaliza la segunda temporada de “Los Tudor” con la ejecución de la Bolena (ansiada por mi parte, dado el odio que ha despertado en mi el personaje). De momento La 1 no va a ofrecer la tercera y las sucesivas temporadas, supongo que para dar descanso al respetable, porque espero y deseo que la serie regrese, por su calidad (y ha cosechado buenos datos de audiencia).

Esta producción de Irlanda y Canadá con actores ingleses (¡siempre los ingleses!) y rodada en la isla esmeralda me ha sorprendido gratamente (aunque no era nueva, ya que ya la conocía por noticias y por web) aunque al principio me resistiera, y he de reconocer que, pese a una buena cantidad de fallos, algunos históricos, y otros de lenguaje o de caracterización, y pese a una desmesurada preferencia por ofrecer gratuitamente escenas de sexo explicito que no aportan nada a la trama (tendencia que se ha ido suavizando por fortuna con el paso de los capítulos, para ir ahondando en el dramatismo y la seriedad), la serie tiene una ambientación colosal, un maravilloso vestuario y unas interpretaciones de mucha altura. Rhys Meyers (aunque se parezca bien poquito al Enrique real) resulta impresionante por su intensidad y perversidad, y todo el elenco luce notable-sobresaliente interpretando ya sea a Ana Bolena, a su padre Thomas, o el secretario Cromwell, o la Reina Catalina (su muerte por ejemplo me pareció verdaderamente hermosa en su tragedia, manierista y clásica, similar a un cuadro), y las tramas son igualmente apasionantes, con las intrigas de cortesanos, de embajadores o de faldas. Si bien hay que decir que se nota la imprenta inglesa, inevitable, en su anglocentrismo, pretendiendo hacernos creer que Enrique VIII era uno de los monarcas verdaderamente importantes de su siglo, cuando realmente era una mera comparsa entre la Monarquía Hispánica, Francia y el Papado, sin olvidarse de los turcos. O como presentan a los ingleses, a cada cual mas guapo y resplandeciente, si los comparamos con los españoles. Pero bueno. Los británicos siempre han sido así, y así de bien les ha ido, a diferencia de nosotros los españoles.


Precisamente de eso quería escribir hoy. Al darme cuenta de las sutiles (y no tan sutiles) diferencias entre el modo de tratar la Historia en Inglaterra (o en Francia) y en España. Y la falta de luces para llevar a cabo una verdadera enseñanza de los hechos históricos, ya no solo mediante libros y clases, sino, en una época como la nuestra, a través de series y películas, que comiencen a hacer atractivo a los mas jóvenes los personajes y la Historia de nuestro país. No estoy hablando ni mucho menos de sustituir imagen por libro, pero de una película se puede pasar, si hay interés, a un libro. Desde luego donde se pongan las hojas que se quite todo lo demás, pero si las mentes actuales son así, no veo la causa mediante la cual no se puedan emplear esfuerzos en la realización de espectaculares series y películas de calidad sobre épocas y momentos determinados de nuestra Historia (¡como si no hubiera!) que inciten a los pequeños y jóvenes (y no tan jóvenes) en la lectura y en el saber de aquellos personajes y acontecimientos que han visto en imagen, evitando su olvido.


Pero no. No se hace, desde luego. Podría decirse que llevamos la Leyenda Negra todavía encima de nosotros, que nos corta en este sentido, y que nos impide sacar pecho. Pero coño, si hablamos del siglo XVI, cuando España era un Imperio, han pasado ya casi 500 años. Otras potencias como Gran Bretaña o Francia también tuvieron su momento de gloria (siglos XVIII y XIX en el caso británico, siglos XVII, XVIII y parte del XIX en el caso francés), sacaron pecho y entraron luego en crisis, pero ello no les ha impedido sacar pecho cuando ha resultado oportuno. Nosotros nos empezamos a hundir en 1650 y definitivamente en 1814 y ya no hemos vuelto a levantar cabeza. Conclusión: los españoles somos imbéciles.


También podría argumentarse que el franquismo ha ensalzado demasiado las figuras de la España imperial (y no tan imperial, como los casos del Cid o Rodrigo, el último rey visigodo), con lo que el atractivo para un español resulta inexistente ya que relaciona el Quinientos con Una grande y libre e incluso ve negativos a personajes como Felipe II. Como ha dicho muchas veces el genio de Arturo Pérez-Reverte,siempre certero, eso es ridículo. Un botón de muestra: “Hay una cosa que no le perdono ni a la derecha ni a la izquierda. Que la izquierda haya dejado la idea de España como patrimonio exclusivo de la derecha y que ésta haya abusado de ello. Cierto, el franquismo contaminó la historia de España: le puso camisa azul al Cid, a los almogávares y a los Tercios de Flandes; pero cuando cambia el régimen, en vez de purgar la memoria de esa contaminación, lo que se hace es decir «cómo está contaminada», y entonces se la tira por la ventana, se barrena, se aplasta, se aniquila; con todo lo cual nos dejan indefensos” (en Patente de Corso) . Bravo y bravo Don Arturo. Segunda conclusión: los españoles además de imbéciles somos gilipollas.


Se ve pues que no podemos admirar a personajes de nuestra historia anteriores a 1936 por ser franquistas. Ahí tenemos a nuestros amigos los ingleses, haciendo series de un tipo tan sanguinario como Enrique VIII, o innumerables películas sobre su Edad Media, o sobre sus actuaciones en las colonias norteamericanas, en las guerras napoleónicas, en la India o en África (donde sabemos que iban a repartir caramelos y se portaron muy bien con los negritos)...o a los franceses, adorando por supuesto a un corso llamado Napoleón Bonaparte. Por no hablar de los estadounidenses. Es inexplicable que la Leyenda Negra siga tan dentro de nosotros. Muy recomendable es la lectura de uno de los últimos libros del veterano historiador Joseph Perez, que lleva por titulo precisamente La Leyenda Negra. En dicho libro, el francés (de padres españoles), con los datos y los hechos en la mano, desmonta gran parte de los mitos negativos achacados a los españoles desde que Guillermo de Nassau se rebelara contra Felipe II. Revela que, por ejemplo, la Inquisición española no fue la mas prolija en ejecuciones (vaya, ¿en Inglaterra había Inquisición? ¡¡Pardiez!! ¿y en Alemania y Francia? ¡¡Diantre!!) y que por ejemplo otras potencias cometieron barbaridades como la Noche de San Bartolome de 1572 en Francia, o las masacres de católicos por parte de los ingleses, etc. Todos estos datos y hechos estaban ahí, pero la desinformación y ocultamiento es evidente. El libro es excelente pero deberíamos mirar la causa por la cual en España hay que escribirlo pero en otras potencias no, cuando tienen tanto que ocultar (y se ve al observar su reacción cuando mínimamente se esclarece algo, como las protestas de los ingleses al ver su imagen proyectada en películas como El Patriota o El último Mohicano). Venga ya hombre. Pero es que los españoles somos así de pacatos.


Uno se pone a examinar la Historia de España, y no acaba de sacar personajes y acontecimientos dignos para realizar una buena superproducción cinematográfica al estilo de Los Tudor, con actores atractivos, buenas localizaciones, gran vestuario y ambientación e intrigantes tramas: el reinado de Carlos V o de su hijo Felipe (eso era un Imperio y un Rey y no Enrique VIII) , la epopeya de Hernán Cortés contra el Imperio mexica o los Trece de la Fama de Pizarro en el Perú , la odisea del viaje de Magallanes y Elcano (la primera circunnavegación del globo, realizada en una cascarilla de nuez, toda una hazaña muy anterior, 250 años, a la de Cook o Dumont D´Urville) los descubrimientos y fundaciones en América (mientras los ingleses luchaban por encontrar su sitio en el occidente de Europa, los españoles cruzaban la mar océana y mostraban al mundo los territorios nunca vistos), donde por cierto practicaban un mestizaje que los John o William de turno no efectuaban al llegar a Virginia o Nueva Inglaterra, o las victorias de los Tercios invencibles, mil aspectos de la cultura que no se encuentran únicamente en los cuadros del Prado o en el librito que le mandes al niño en el colegio, o personajes como Blas de Lezo, Antonio Barceló, Juan de Austria,Mateo Aleman, Álvaro de Bazán,Sor Juana Inés de la Cruz, fray Luis de Granada, Garcilaso de la Vega, el Inca Garcilaso (no confundir con el anterior) Tomás Luis de Victoria, Jorge Juan, Churruca, Juan Luis Vives, etc...o acontecimientos como la construcción de todo el patrimonio arquitectónico no ya solo en España, sino en América (México es el mejor ejemplo), o la llamada Expedición Malaspina, un largo viaje que tenia como objeto a finales del XVIII un mejor conocimiento de las Indias, si era preciso vacunando a los súdbitos de la Corona, por no hablar de todas las victorias militares que mantuvieron al Imperio español entre 1492 y 1658. O acontecimientos anteriores, como la expansión de la corona aragonesa por el Mediterráneo, el primitivo Renacimiento en Valencia en el siglo XIV, la misma Reconquista (con verdaderas batallas campales como la de las Navas de Tolosa; si fuéramos ingleses o norteamericanos, se hubieran realizado ya 50 versiones peliculeras) o la propia España musulmana, pero sin las sandeces de las Tres Culturas y de la Alianza de Civilizaciones. Es de esperar que si se hiciera alguna vez, pongamos por ejemplo una serie del Quinientos español, todo estaría en penumbra, los reyes y nobles serian malvados, oscuros y trajinándose y matando a indios y a gente del pueblo, aunque siempre hay alguno o alguna (noble) que se salva, los curas y monjes lascivos y teniendo relaciones sexuales entre ellos o sodomizando a indios ,y sin dejar de torturar en mazmorras como perfectos Torquemadas, el vocabulario soez y atemporal y Dios (muy presente en la vida y el pensamiento de toda esta gente) y la cultura quedarían en un tercer o cuarto plano, por no decir quinto.


No señor. Aquí el dinero se emplea en otros menesteres. Las series y pelis que se hacen son casi siempre de la Guerra Civil o de la Posguerra, con los republicanos recitando a Machado o a Lorca y siendo un paradigma de la bonhomía , de la cultura y de la civilización. O del idilio del Califato de Cordoba, cuando no de las expulsiones de moriscos ante la ferocidad de los cristianos castellanos. Cuando alguien se sale del tiesto, como Garci con el 2 de mayo, es criticado, y cuando la iniciativa es del propio gobierno o de las productoras se hacen bodrios pseudo-pseudo-pseudo-historicos como Águila Roja o la que viene de Belén Rueda como la Princesa de Eboli. Para qué vamos a intentar insuflar un mínimo interés por la cultura y la historia españolas hombre....eso es de fachas. Y que fuimos muy malos y perversos con todo el mundo...¡Y qué coño, para eso ya tenemos la enseñanza!.


Qué país...

12.9.10

Diada




El tiempo fugaz trae un nuevo 11 de septiembre. Ya han pasado 9 años de los atentados del 11-S en EEUU, y 27 años del matrimonio de mis padres, en otro orden de cosas. El 11 de septiembre es un día señalado asimismo en una insigne región española...es decir, en Cataluña. La famosa Diada.

No hace falta que vuelva a decir que no soy el mayor fan de los catalanes (ahora me acuerdo del anuncio ese, el de "soy fan de Cataluña"; ¿no hacen otro con el "yo odio"?), y con cuestiones como el de este dia, con su "fiesta nacional" como dicen muchos, no hacen sino que sean más vilipendiados. Pero...¿podría explicar yo por qué no soporto a los polacos?. Voy a intentarlo, porque de sus políticos voy a hablar largo y tendido, pero...¿y de sus ciudadanos? Reconozco en mi radicalismo una obsesión por los catalanes, incluso cuando no son nacionalistas-independentistas. Igual es una simple cuestión de afinidades y simpatías (en este caso, inexistentes) o que llanamente soy un radical.

No soporto de los catalanes su modo de ser, su acento al hablar, su proverbial sequedad y altivez, su ombliguismo, su seny (absurdo concepto que supuestamente tienen los catalanes, una especie de "sentido común", o cordura especial...y que por supuesto no poseen la mayoría, pero lo venden como si asi fuera),su poca efusividad al hablar de España y de la tierra de todos (solo son efusivos hablando de Cataluña) y por supuesto su maldito concepto de los paissos catalans, semejante al imperialismo nazi (el cual no es exclusivo de los politicastros) con, entre otras cosas, los putos mapitas del tiempo en TV3...igual no me explico bien, pero no soporto a los catalanes. Lo siento.

Y bueno, qué decir de los políticos...¡Mordioux! como diría D´Artagnan. Esos me sacan de quicio. Hago esta entrada de la Diada aprovechándome de que hoy es 11 de septiembre, pero me ha servido de impulso ver la entrevista-lavatorio a Artur Mas en La Noria de Telecinco. Mas pertenece a Convergència Democràtica de Catalunya (hay que pronunciarlo cunverllensia, con afectado acento catalán), es decir, un partido ciertamente algo conservador-burgués, más centrista que otra cosa (autoproclamados centristas, por supuesto) y catalanista, obviamente, si bien se le considera un catalanismo no secesionista, a diferencia de los camisas negras esquerrorrepublicanos, tenidos por más radicales. Pero este Mas, criado políticamente a la sombra de Pujol (Jordi, no el gran central del FC Barcelona) no es sino el mismo perro con distinto collar, como suele decirse. Muy elegante, muy contenido, muy considerado, pero con las mismas ideas independentistas (independencia para lo que él quiere, por otra parte) e igual de imbuido por esa autolegitimación de que "Cataluña siempre por encima, no reconocemos errores, ni permitimos amonestaciones, nosotros antes que vosotros siempre", etc...y todo con esa sonrisa de tiburón que tiene . Porque vamos, la entrevista muy suavita y muy laudatoria, y cuando le han preguntado temas como el bochornoso asunto de cuando se sanciona a los comerciantes por rotular en castellano y no en catalán, ha escurrido gentilmente el bulto y ha pasado olímpicamente, por supuesto. Era de esperar.

Lo de los políticos catalanes es de psiquiatra. Gente tal, que se cree autolegitimada para todo, para coartar la libertad de quien sea, para atacar a quien minimamente ponga en solfa su modo de hacer política,dividiendo e imponiendo y sin reciprocidad, pero que por supuesto no reconocen error alguno, ni permiten que se les amoneste, como en el tema del Estatut o al atacar (y quemar, incluso, que lo han hecho alguno)la bandera, el Estado y la Constitución, cuando es gracias a esa Carta Magna que existen como partido y como persona pública; eso es lo que nos pasa por tener una democracia tan guay, que permite formaciones que atenten contra la unidad del país y contra el Estado...lamentablemente no somos franceses. ¿Suspender su autonomía? Se lo merecen (partiendo de la base de que yo eliminaría todas las autonomías de España). Yo pienso que la libertad de expresión es imprescindible y nunca puede faltar, pero hay cosas que no se deben hacer. Claro que los politicastros no quieren dejar de chupar del bote y son listos, por lo que su ansiada "independencia" no va a llegar. ¿Qué iban a hacer ellos sin el dinero de Madrit?. Claro, uno puede ser muy catalanista y todo lo que quieras, pero el escaño en el Congreso o el Senado no te lo quita nadie, con tu coche, tus dietas y tu sueldo incluido. Claro nen.

Y hoy 11 de septiembre. Diada. Conmemoracion de la rendicion de la ciudad de Barcelona al duque de Berwick, borbónico, hace ya 296 años. La conquista de la ciudad y del Principado trajo como principal consecuencia el triunfo de la causa de Felipe de Anjou en toda España y la promulgación de los Decretos de Nueva Planta en los territorios de la Corona aragonesa, en 1716, decretos que jubilaron las instituciones catalanas. Con el cuento de que los catalanes en esa guerra eran todos austracistas (partidarios del Archiduque Carlos, rival de Felipe de Anjou y, supuestamente, favorecedor de las instituciones catalanas, valencianas y baleares), -cosa que es mentira, ya que la división en toda la patria fue general, aunque hay que reconocer una cierta pequeña preponderancia de los austracistas en la Corona de Aragón, pero borbónicos hubo en Cataluña, (como en la parte interior del Principado) en Valencia y en Baleares-, se sacan de la manga el Estado de Cataluña expoliado desde 1716, la Monarquia de los Borbones (y por ende, España) como anticatalana y a los castellanos-españoles como enemigos de los catalanes, ya que les quitan sus privilegios, supuestamente.



Ni se puede demostrar que los austracistas fueran catalanistas (si es que realmente se puede considerar eso)ni se puede afirmar que la llegada de la Dinastia de los Borbones acabara con la libertad de todos en España y comenzara la crisis; realmente Felipe V les va a conceder nuevos privilegios, no vistos desde hace 100 años, y es en el siglo XVIII cuando Cataluña renace económicamente (recordemos por ejemplo el libre comercio con el continente americano). Pero bueno. Los catalanistas, siguiendo con su neurosis, tienen en sus altares como Santo Apóstol de su causa a Rafael Casanova y Comes (1660-1743) quien fue el último consejero primero del Consell de Cent y principal responsable militar de la ciudad de Barcelona ante el asedio. Los catalanistas lo tienen como uno de los suyos, cuando lo que realmente fue resulta ser muy alejado de sus anhelos: era un abogado partidario del Archiduque Carlos, y se encontraba en medio de todo el fregao, por decirlo vulgarmente, pero ni mucho menos era catalanista-independentista. Era austracista, claro, pero no ambicionaba la independencia de Cataluña. Sus diatribas iban dirigidas contra los invasores franceses y a favor del Rey y de España (se puede ver en historiadores catalanistas y tan poco sospechosos de españolismo como F. Soldevila, "Moments crucials de la Història de Catalunya", por ejemplo). Al poco de finalizar la guerra fue amnistiado, se le restituyeron los bienes y pudo seguir ejerciendo su oficio. De morir por la "causa" nada, ya que murió bien anciano. Que los catalanes le hayan convertido en un mártir del catalanismo y hayan transformado la Guerra de Sucesión en la de Secesión es otra cosa. Claro que dice mucho de su nacionalismo y de sus ideas el ver como uno de sus mayores mitos se basa en una mentira.

La fiesta del 11 de septiembre de lleva celebrando en Cataluña desde el año 1980, ya que estuvo prohibida por el franquismo. Anteriormente la ofrenda floral y el homenaje datan de 1901. No tiene una excesiva antigüedad, ya que tal celebración tiene su origen en el incipiente regionalismo, -que pronto se transformaría en nacionalismo- de finales del siglo XIX. Hablo de 1886-1888, cuando estos literatos altoburgueses (Almirall, Prat de la Riba) crearon sus mitos a falta de unos reales. Como alguien dijo una vez, de lo histórico pasaron a lo místico, y de la realidad a la ficción. Lo peor de todo es que eso fue imbricandose en el catalanismo año a año, y de ahi a las bases quedaba poco. La manipulación ha calado y actualmente es loable y prestigioso (para los catalanes de bien) estar presente en la tradicional ofrenda floral a la estatua de Casanova mientras suena y es cantado Els segadors. Ofrenda que es aprovechada por la gente para abuchear a sus políticos (van todos los grupos, incluido el PP, aunque les tiren huevos...¡¡Ay de quien no vaya!!) y/o para vitorear a terroristas y por los políticos para realizar alguna declaración altisonante, a ver quién da más.

Pero cuando se vuelva a quemar el Liceu, de nuevo tenemos a los malvados castellanos dándoles dinero para que se reconstruyan su teatro. O para pagar el rescate de los cooperantes. La pela es la pela y nunca mejor dicho.


De verdad, si no fuera porque hay gente en Cataluña que no piensa como ellos (poca, pero hay), dan ganas de darle la razón al bueno de Espartero, cuando dijo aquello de "A Barcelona hay que bombardearla al menos una vez cada 50 años".